Cosas de la política y la televisión. Resulta que luego del primer debate presidencial, la propuesta que más se quedó en la cabeza de los electores fue la de Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, de cortar una mano a los funcionarios públicos corruptos. Y que se arma el follón.

Por lo pronto, la polémica propuesta ya provocó la primera respuesta de la delincuencia organizada: en Acapulco arrojaron a la vía pública el cuerpo mutilado de una persona, con un mensaje que hace referencia a la frase del Bronco. Las ocurrencias suelen tener consecuencias en este México bronco de verdad y no simulado como el gobernador con licencia.

Eufóricos asistentes al circo romano, a los mexicanos nos gusta el chisme, el escario, la burla –somos el país en el que se genera la mayor cantidad de memes en el mundo-, y todo aquello que genere escándalo. Y en ese fanatismo solemos ser absolutamente contradictorios.

Mientras muchos sectores sociales lanzaron un grito al cielo por la broncuda iniciativa, resulta que desde hace años se debate en México sobre la aprobación de la pena de muerte para algunos delitos de alto impacto. En todo caso, la idea de cortar la mano a los ladrones –lo que incluso tiene referencias bíblicas- tampoco es algo nuevo.

Así las cosas, al tiempo que pedimos sangre, nos escandalizamos si alguien propone de manera concreta un castigo de este tipo. Según una encuesta nacional publicada hace algunos años –no tarda en publicarse otra al respecto-, el 74.8% de los mexicanos estaba a favor de la pena de muerte para delincuentes que incurran en delitos graves.

¿Y qué creé usted? Que los promotores de la iniciativa sobre la pena de muerte fueron precisamente dos ex gobernadores priistas que hoy andan de pelada por públicas y justificadas razones.

El tema prendió allá por el año 2009, cuando los índices de violencia en el país estaban en sus índices más altos en décadas. Según diarios de la época, el Congreso local de Coahuila acordó solicitar al Congreso federal una modificación a la Constitución para aprobar la pena de muerte, abolida en el país en 2004 –durante el gobierno de Vicente Fox-, aunque la última vez que se aplicó fue en 1961.

«El clamor generalizado de la gente es muy claro, es muy clara la posición de la sociedad mexicana que está agraviada y lastimada de la manera cómo ha crecido la delincuencia», dijo entonces el Presidente de la Cámara de Diputados y hoy pollito en fuga, César Duarte ante la iniciativa del gobierno estatal.

En ese entonces, lo que parecía un asunto menor y local de Coahuila, tomó fuerza cuando los líderes en las Cámaras de Diputados y Senadores a nivel federal se declararon listos para impulsar un debate nacional sobre la pena capital.

Varios gobernadores del PRI –hoy valdría la pena saber si siguen en lo dicho- se manifestaron en cadena a favor de la pena de muerte, después de que Humberto Moreira expresó que su única duda «es cómo los vamos a matar, si los vamos a fusilar, si los vamos a degollar, si lo vamos a ahorcar o algo ‘light’, que puede ser la inyección letal». ¡Y luego porqué les sacan memes sin manos!

Si la pena de muerte es un simbolismo de algunas democracias occidentales, cortar la mano a los ladrones pertenece a las monarquías absolutas de algunos países árabes, práctica que también forma parte de su religiosidad.

La Sharia –albureros abstenerse-, que en árabe significa “camino” o “senda”, señala que a los ladrones hay que cortarles la mano como castigo para impedir que así suceda nuevamente. Muchos países árabes utilizan la Sharia como fuente para su legislación, sin embargo, no todos la interpretan igual, ya que son pocos los que utilizan la amputación como pena por robo.

Arabia Saudita le cortó la mano y el brazo a una empleada doméstica que presuntamente robó, en el 2015. En el 2013 también trascendió otra amputación de mano en Arabia Saudita, cuando la Policía del Reino aplicó tal condena contra un ciudadano de Yemen, condenado por robo. Y en el 2010 difundieron en medios europeos la amputación de manos a cinco ladrones en Irán, sólo que en ese caso eran reincidentes.

En honor a la verdad, bajo estas razones, no sólo bajaríamos los índices de delincuencia a cero, sino prácticamente nos quedaríamos sin población en el país.

Países como Libia, Egipto e incluso Siria utilizan la Sharia como fuente de ley, pero no cortan la mano. Afganistán, Irak, Sudán y Nigeria son otros países ejecutaron alguna vez la pena de amputar manos antes del año 2000, según escribe el libro ‘Actúa ya, tortura nunca más’ que difunde Amnistía Internacional.

Así que nadie se espante.

Las del estribo…

  1. La crisis financiera del IPE sigue siendo una bomba de tiempo. La diferencia entre este y gobiernos anteriores es que ya no hay reserva técnica que llevarse; sólo se ha administrado la crisis pero no se ha resuelto el problema de fondo. Las altísimas pensiones siguen vigentes y el actual director se olvidó del protagonismo mediático para refugiarse a disfrutar de su efímera bonanza.
  2. A unos días del inicio de las campañas locales, hay un sospechoso silencio. Al parecer, los protagonistas están más ocupados en preparar campañas de lodo que en articular propuestas. Otra vez, el voto de los veracruzanos será motivado por el enojo –en contra de unos y otros- y no por razones suficientes para cambiar el estado de las cosas.