Escena 1

Hoy iba con mi hija de 12 años a comer al centro de Xalapa y tuvimos que pasar en frente del Palacio Municipal. Como ya se hizo costumbre, grupos enviados desde las mentalidades maquiavélicas del poder local central, obstruían nuevamente las entradas a nuestro Ayuntamiento. Ella me preguntó que por qué estaban esos señores ahí, y tuve que tratar de explicarle que el gobierno municipal es representado por un partido que no es el mismo que el gobierno estatal, y que por eso lo obstaculizan constantemente. Ella me preguntaba que por qué, que no entendía cómo podía ser eso, no entendía el hecho de que un Gobernador no quisiera a un gobierno que representa a las personas de una ciudad donde vivimos.

Escena 2

Los aliados Francia, Reino Unido y Estados Unidos bombardean sitios de armas químicas del gobierno de Siria. Inmediatamente los seudo defensores de derechos humanos (pero que en realidad son antiliberales y antidemocráticos) critican estas acciones como un atentado a los derechos humanos, cuando en realidad es el gobierno sirio el que acribilla civiles y niños. Nuevamente mi hija de 12 años pregunta si efectivamente está mal una acción en defensa de personas inocentes, y trato de explicarle cómo algo así pudiera tener un fin positivo, ya que las redes sociales estigmatizan a nuestros aliados sólo por poner un alto a los totalitarios.

Escena 3

En cada mesa a la hora de la comida de una familia veracruzana, se habla de cómo es posible que hayamos llegado a que una red de policías estatales y los jefes de ellos, se dedicaran a desparecer y matar ciudadanos. Otra vez, mi hija de 12 años voltea a verme y me pregunta si es verdad. Esta vez me quedo callado, no puedo explicarle nada porque se me cae la cara de vergüenza y de pena, frente a una niña que debe creer (todos deberíamos de creer) que la policía nos protege.

Escena 4

Televisión, radio y redes sociales se vuelcan contra un candidato que va puntero en las elecciones para Presidente de México, y especulan sobre si será un tirano. Nuevamente Isabel, la del texto de marras, me dice que le parece sospechoso que alguien que está en contra de la corrupción del país sea el más criticado por los que han ocupado el gobierno en las últimas décadas. Yo sólo le digo que esos políticos sólo quieren conservar sus privilegios y que habrá que confiar en que tengamos buenos gobiernos de aquí en adelante.

Escena 5

Ella me dice que cuando sea grande va a consultarme porque no entiende nada. Yo les respondo que no, que ella debe irse formando su propio criterio para ser una buena ciudadana y poder observar y participar libremente, desde la confianza y la exigencia. Ella me replica que no, que así no quiere crecer, que no quiere ser grande y ser como nosotros. Le digo que tiene razón.

Escena 6

Estamos con un grupo de madres y padres de personas desaparecidas, estamos planenado un memorial para sus hijos. Isabel saca 500 pesos de sus ahorros de su cochinito y se los entrega. Les dice que no quiere un país con esta realidad y que quiere darles ese dinero para apoyarlos.

Escena 7

Isabel y su abuelo cantan en el piano. Luego Isabel se va a continuar una novela que ella escribe sobre una niña con problemas de salud. Sus hermanos llegan y tocan la jarana en el río y ella quiere cantar también. El río se seca, la ciudad se queda sin agua. Los políticos siguen diciendo, diciendo, diciendo, y gastando miles de millones de pesos. Isabel regresa al río y dice ya basta.