Veracruz, Ver.- En redes sociales circula el relato de cómo una experiencia maravillosa de conocer el Puerto de Veracruz en el tranvía turístico se convirtió en una pesadilla, sin que las autoridades porteñas ni la empresa que tiene concesionado el paseo hayan hecho nada por la familia afectada.

La turista titula a su relato “El tranvía del terror en Veracruz”, y narra que la noche del 28 de marzo, ella, su esposo y su hijo menor de edad tomaron un tranvía turístico frente al Acuario de Veracruz, y se sentaron en la parte alta. Añade que, por la Náutica, el tranvía se desvió del bulevard, que se encuentra en obras ordenadas por el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, y tomó por algunas calles.

“Solo escuchamos gritos y manotazos; eran cables, un cable pegó a la gente del frente, pero como ya era de noche, no se podían ver con claridad y como la de malas, a mi marido le pegó y a mi hijo se le enredó en el cuello; como el tranvía seguía avanzando, mi hijo se fue ahorcando y en nuestra desesperación lo agarramos y su cabeza se fue hacia atrás y eso ayudó que el cable por fuerza saliera del cuello pero le dejó cortado”.

La madre aterrorizada por la posibilidad de que su hijo muriera ahorcado o, incluso, decapitado, comenta que todos gritaron para que se detuviera el tranvía, “pero no pasó así, mi esposo bajó, pero la escalera de la planta alta da al piso y no podía bajarse; sin embargo, logró comunicarse y detuvieron el tranvía”.

Pese al accidente que por fortuna no tuvo consecuencias fatales, relata: “No nos brindaron auxilio, así que de inmediato nos fuimos a [el hospital de] la Beneficencia Española, donde examinaron a mi hijo y el día de ayer un traumatólogo lo examinó, le volvieron a realizar radiografías para descartar una tomografía. Mi hijo, gracias a Dios, sigue vivo porque los médicos aseguran que pudo haber muerto y sólo cuenta con una laceración en el cuello y un esguince de tercer grado”.

Despide el relato que muestra un absoluto descuido de parte de las autoridades de Protección Civil del Ayuntamiento de Veracruz, así como de los propietarios de estas unidades de transporte turístico, con la siguiente exigencia: “Pido a las autoridades que tomen cartas sobre el asunto o esperarán a que un turista muera y que la empresa se haga responsable del daño físico y psicológico que nos dejó su imprudencia e irregularidad.”

 

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