El show de la supuesta persecución de los corruptos de la administración de Javier Duarte, piedra angular del discurso de Miguel Ángel Yunes Linares, debe continuar. Tras el aseguramiento del rancho “La Cartuja”, cuyo hecho se publicitó, pagado, en medios nacionales, ahora se procede a la detención y exhibición de uno de los secretarios de Finanzas del duartismo, Antonio Gómez Pelegrín, un conocido y respetado administrador y funcionario público, cuyo nombre no había dado de qué hablar pues se dedicó a la función pública más que al reflector político. Gómez Pelegrín se inició como mano derecha de Juan Maldonado Pereda cuando este fue Secretario General de Gobierno del ahora inexistente Departamento del Distrito Federal en el período del regente Octavío Sentíes Gómez, de 1971 a 1972; después, Maldonado Pereda lograría la alcaldía de Veracruz, donde lo llama como Tesorero de 1973 a 1976. Posteriormente se desempeñó en la Secretaría de la Función Pública y en otros puestos federales propios de la administración. También fue tesorero municipal de Xalapa de 1979 a 1982 con el defeño Carlos Padilla Becerra, fue consultor de los gobiernos de Guerrero y Michoacán en materia de fiscalización del gasto educativo, pero en el puesto que más se recuerda es como Director General Administrativo de la Secretaria de Educación y Cultura, con Juan Maldonado Pereda (1998-2004). En este puesto tuvo contacto con los 19 sindicatos magisteriales que operan en Veracruz, por lo que es reconocido y recordado en esta dependencia. El único error que cometió fue haber aceptado (hombre institucional) la invitación para, a partir del 17 de marzo del 2015, se hiciera cargo de la Secretaría de Finanzas y Planeación, cuando el daño a las arcas públicas estaba hecho. Él solo trató de equilibrar el manejo de las finanzas sin disponer de recursos para su peculio. Hoy habría sido aprehendido y tratado como el peor de los criminales, cuando otros como Fernando Benítez Obeso, Ricardo Sandoval, Carlos Aguirre Morales, Tarek Abdalá, Vicente Benítez, Gabriel Deantes Ramos, Ricardo García Guzmán, Erick Lagos Hernández, Juan Manuel del Castillo y otros muchos más, robaron miles de millones de pesos del erario público y a ellos nadie los molesta. A Gómez Pelegrín, sí, para seguir la simulación, y porque los otros ya pagaron su “derecho de impunidad”.