La política energética de México debe ser una prioridad para los candidatos presidenciales, y quien gane el 1 de julio debe comprometerse a revertir la Reforma Energética, sostuvo Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

En el marco del 80 aniversario de la Expropiación Petrolera, legado de su padre, Lázaro Cárdenas del Río, el fundador del PRD aseguró a Excélsior que el sector necesita una política distinta a la aplicada los últimos años.

Opinó que deben cuidarse mejor las reservas petroleras, pensando primero en satisfacer la demanda nacional.

“Habría que pensar en mayor inversión en exploración; teníamos hace 15, 20 años reservas para 30 años; hoy quedan para entre seis y 10 años. Estamos ya en la vista del agotamiento, con la aguja del tanque en rojo”, afirmó.

El excandidato presidencial advirtió sobre los riesgos que implica una balanza comercial energética deficitaria, pues México exporta principalmente crudo por 23 mil millones de dólares y compra combustibles por más de 40 mil millones.

Está en  rojo el tanque  de gas

La política energética de México tendría que ser “preocupación” y “prioridad” de los candidatos presidenciales, sostuvo Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien se pronunció para que cualquiera gane las elecciones del próximo 1 de julio revierta lo que llamó la “contrarreforma energética”, que en 2013 modificó los artículos constitucionales 25, 27 y 28.

“Lo que se tiene que hacer actualmente es instrumentar una política petrolera distinta a la que se ha venido aplicando en estos últimos años”, dijo, y explicó en qué consistiría esta política petrolera:

“En  primer lugar, en dar un manejo más cuidadoso, diría yo, cuidadoso de presente y de futuro de las reservas, esto es, se tiene que pensar en satisfacer las demandas nacionales, se tiene que pensar en que el petróleo, conforme pase el tiempo, va a ser más escaso y más valioso, y si no más escaso, más difícil de obtener porque los yacimientos fáciles ya están explotados.

“Habría que pensar en mayor inversión en exploración; teníamos hace unos años 15, 20 años, reservas para 30 años, cosa así; hoy, según mediciones, quedan reservas para entre 6 y 10 años, o sea que estamos ya en la vista del agotamiento, con la aguja del tanque en rojo”.

En entrevista con Excélsior, con motivo del 80 aniversario de la expropiación petrolera realizada por su padre, el presidente Lázaro Cárdenas del Río, el excandidato presidencial en tres ocasiones (1988, 1994 y 2000) advirtió sobre los riesgos que implica una balanza comercial energética deficitaria.

Ya tenemos una balanza comercial petrolera totalmente negativa. Estamos exportando, principalmente crudo, en el orden de los 23 mil millones de dólares y compramos combustibles por más de 40 mil millones, lo que representa un déficit como de 18 mil millones de dólares. Y bueno, eso no solamente es grave desde el punto de vista de la balanza comercial de este déficit, sino que es riesgoso porque estamos ya en una situación muy vulnerable desde el punto de vista de seguridad energética y yo diría, más allá de esto, de seguridad nacional”.

Subrayó que cada día México depende más de un combustible que viene de fuera, “y vamos, ningún país puede, y lo pongo entre comillas, quedarse sin combustible”.

Dijo que ese panorama ya es un enorme riesgo, por lo que habría que pensar seriamente, primero en acelerar la reconfiguración, la modernización de las refinerías del país.

En 2016 las refinerías estuvieron trabajando como al 50% de su capacidad teórica; en 2017 intencionalmente se bajó al 30. ¿Qué pasa en este caso? Pasa que estamos importando millones de litros de combustibles todos los días, pero no sé quién sea, pero por razón lógica hay un intermediario y ese intermediario se beneficia con, no sé, medio centavo, 10 centavos, no sé cuánto, pero estamos hablando de millones de litros todos los días, pues es un ingreso continuo de quién sabe cuántos millones de dólares o euros todos los días. Ésta es una de las razones por las que en las últimas administraciones no han querido aumentar la capacidad de refinación”, dijo.

Cárdenas Solórzano sostuvo que “desde hace más de 30 años el gobierno ha puesto en práctica una política de desmantelamiento de la industria petrolera  nacionalizada, en particular todo lo que manejaba Petróleos Mexicanos, para ceder estos recursos y los mercados petroleros, principalmente, a consorcios extranjeros.

Ésta ha sido —sigue el fundador del PRD— una política consciente, sistemática del Estado mexicano en contra de la industria petrolera nacional, y culmina con la llamada Reforma Energética, contrarreforma energética, o sea, las reformas a los artículos 27, 25 y 28 constitucionales, que cancelan la facultad del Estado mexicano para establecer las normas, las condiciones de aprovechamiento de los recursos del subsuelo en función de un interés público”.

El ingeniero Cárdenas explicó que la reforma al artículo 28 de la Constitución, en particular, “suprime al petróleo y al servicio público de electricidad como áreas estratégicas de manejo exclusivo del Estado, y en ese momento el Estado mexicano queda desarmado, sin facultades para normar estas actividades.

Y luego, las rondas, esto es, las licitaciones que se han hecho para asignar campos petroleros para posibles, futuras explotaciones, donde superficies muy grandes, miles y miles de kilómetros cuadrados, se están cediendo a empresas principalmente extranjeras, con una situación: trátese de las llamadas licencias, que son en realidad concesiones, aun cuando éstas están expresamente prohibidas por la Constitución, pero son equivalentes, o en los casos en los que el Estado mexicano, a través de distintas figuras, Petróleos Mexicanos transformado en empresa productiva del Estado u otras, según lo pueda decidir el gobierno, en asociaciones compartidas con grupos particulares, el petróleo que se obtenga, en el caso de las licencias, pues pertenece ciento por ciento al operador, al explotador, en el caso de los proyectos compartidos, la proporción que corresponde al particular queda a disposición de éste y puede venderlo en donde le convenga”.

El hijo del general Cárdenas señaló que en esas condiciones no hay ninguna previsión en caso de desabasto de petróleo aquí en México.

No hay una previsión, es decir, el operador particular puede vender su petróleo en donde le convenga, independientemente que aquí haga o no falta. Lo puede sacar.

Esto —agregó Cárdenas— es contrario a una lógica elemental, por ejemplo en Estados Unidos, que sin duda es el país teóricamente más liberal y capitalista, no se puede exportar petróleo si no es con autorización del gobierno, y lo mismo sucede en prácticamente todos los países petroleros.

Ahora se puede disponer del petróleo sin que nadie pueda discutir, porque la propiedad del Estado mexicano sólo es para los hidrocarburos que se encuentran en el subsuelo, en el momento que llegan a boca de pozo, ya no es del Estado o ya no necesariamente es del Estado”.

El criterio de Cárdenas Solórzano es que se restablezcan Pemex y la Comisión Federal de Electricidad como organismos públicos y que dejen de ser empresas productivas del Estado.

“Desde luego, se requiere una reforma, un cambio en la estructura técnico-administrativa de Pemex. Que se revise el régimen fiscal para no seguir ahogando a este organismo público. En el caso del régimen fiscal, con todos estos cambios que tenemos, si antes de Pemex recibía 70 centavos de cada peso, hoy el Estado estará recibiendo entre 15 y 20 centavos por peso. El resto se queda entre los particulares.

“Lo fundamental —sigue el ingeniero— es revertir las reformas constitucionales, recuperar las de sectores estratégicos para el petróleo y la electricidad, y recuperarlas para que el Estado regule el aprovechamiento recursos del subsuelo.

—Esta administración hizo esas reformas y no dará marcha atrás.

—Ésta no lo hará, pero esperemos que en tiempos próximos pudiera darse esta reversión, independientemente que habría que revisar y anular la ley de hidrocarburos actual y sustituirla, recuperando nuevamente una ley reglamentaria del 27 constitucional en el ramo del petróleo.

“Por qué lo digo, porque en el caso de la refinación, para tomar un ejemplo, se alega mucho que no hay recursos; yo pienso que sí los podría haber, pero independientemente de esto, revisemos si en el caso de la refinación es viable aceptar inversión privada en x proporción, esto sería cosa de revisarlo, discutirlo para, efectivamente, garantizar la seguridad energética nacional en este caso”.

Señaló que hay que entender también que, si se diera la revisión de las reformas constitucionales, pues habría que hacer una serie de ajustes, negociaciones de orden jurídico por las adjudicaciones que ya se han hecho.

Pero digo, por ejemplo, pensando en establecer regulaciones para evitar desabasto, yo creo que esto no sería discutible, cualquier país tiene que cuidar su abasto fundamental de una materia, de un recurso, de un producto, como pueden ser los combustibles”.

—Hasta el momento ninguno de los candidatos presidenciales ha dicho cuál sería su estrategia sobre la política energética…

—Yo creo que tendría que ser una de las preocupaciones y, al mismo tiempo, prioridades de qué hacer con una industria tan fundamental como ésta. Hay que hacer refinerías, pero hay que hacer muchas más cosas; hay que impulsar la petroquímica, pero también hay que recuperar el control de la empresa.

Con información de Excélsior