Por Raúl Menchaca

La Habana, 24 feb (Xinhua) — Un grupo bicameral de congresistas estadounidenses visitó Cuba del 17 al 21 de febrero, en un intento por mejorar los vínculos bilaterales ante el retroceso experimentado tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de ese país.

«Es absolutamente esencial que regrese todo el personal a las embajadas y cuanto antes mejor», dijo a periodistas el líder del grupo bicameral, el senador demócrata por Vermont, Patrick Leahy, quien lamentó que se hayan detenido o puesto en pausa algunos programas de cooperación entre los dos países.

Durante su estancia en el país, los congresistas se reunieron con el presidente cubano, Raúl Castro, y con funcionarios de su gobierno para abordar la necesidad de regresar a una etapa de compromiso y cooperación.

Desde septiembre del año pasado, la embajada de Estados Unidos en La Habana limitó su funcionamiento y prácticamente paralizó los servicios consulares al decretar la salida de la mayoría de su personal diplomático.

Washington justificó esa retirada con la acusación de que el personal acreditado en la capital cubana sufrió unos supuestos ataques sónicos, aunque tras meses de investigaciones cubanas y estadounidenses no han encontrado evidencias ni pistas acerca de las causas o el origen de las afecciones de salud alegadas por el personal estadounidense.

El gobierno cubano niega tener responsabilidad en ese asunto, sin embargo ofreció una cooperación plena a los investigadores estadounidenses, sin que se haya llegado a un resultado concluyente.

El impacto de las medidas del Departamento de Estado de Estados Unidos fue uno de los temas tratados por la delegación, compuesta también por los senadores demócratas Ron Wyden, de Oregón, y Gary Peters, de Michigan, y los representantes Kathy Castro, de Florida, James McGovern, de Massachusetts, y Susan Davis, de California.

«Es importante que la administración Trump abandone su política de la Guerra Fría que no tuvo sentido hace décadas y ahora tiene menos sentido», dijo Wyden, quien pidió más colaboración entre ambos países para investigar las alegadas afectaciones a la salud de al menos 24 diplomáticos y familiares estadounidenses.

El representante McGovern no dudó en calificar de «estúpida» la política estadounidense hacia Cuba, la cual dijo «ha sido guiada por la paranoia».

«Tenemos que aprender de nuestra historia, 50 años de hostilidad y distanciamiento fueron malos para Estados Unidos y Cuba», apuntó el congresista, quien hizo pública la decisión cubana, expresada por el presidente Castro, de no retirarse de las conversaciones en curso.

En junio del pasado año, la administración Trump hizo retroceder de manera sustancial las relaciones bilaterales, al limitar el comercio con la elaboración de una lista de 179 empresas cubanas que no pueden tener relaciones con entidades estadounidenses.

Además, se endurecieron las restricciones de viaje, ya que los estadounidenses no pueden viajar a Cuba como turistas y solo pueden hacerlo en grupos autorizados por el Departamento de Estado y no de maneras individual.

«Las relaciones normales entre Estados Unidos y Cuba son de una importancia crítica. Tenemos que dejar atrás cualquier política que haya existido en el pasado, particularmente aquellas que han existido por 50 años», declaró por su parte Peters.

La delegación se reunió también con Carlos Fernández de Cossío, quien sustituyó a Josefina Vidal como director general para Estados Unidos de la cancillería cubana.

Durante la reunión, De Cossío «enfatizó que no existen evidencias de que hayan ocurrido ataques contra diplomáticos estadounidenses en Cuba», escribió en Twitter la cancillería cubana.

Los legisladores estadounidenses se reunieron además con estudiantes y profesores de la Universidad de La Habana, entre ellos varios estadounidenses, y visitaron el Centro Histórico de La Habana, ocasión en la que intercambiaron con el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal.

En sus encuentros, el grupo ratificó el interés de continuar trabajando dentro del Congreso y con diferentes sectores de la sociedad estadounidense para promover el diálogo respetuoso entre los dos países, en aras de mantener espacios de cooperación beneficiosos para los dos gobiernos y pueblos.

Varios integrantes del grupo copatrocinan proyectos de ley en favor del levantamiento de sanciones contra Cuba, a donde han viajado con anterioridad y todos se han pronunciado públicamente a favor de retomar un curso positivo en las relaciones bilaterales.

En la actualidad ambos países tienen vigente una veintena de acuerdos como fruto del acercamiento que La Habana y Washington comenzaron en diciembre de 2014 para normalizar sus relaciones, concretado hace poco más de dos años con el restablecimiento formal de los lazos diplomáticos.