Aldo Rivera es uno de los pianistas notables que han egresado de JazzUV, sus méritos son tales que en la octava edición del Festival JazzUV, fue invitado por el baterista mexicano Rodrigo Villanueva para que participara en el concierto del ensamble de jazz de la Northern Illinois University. Se graduó el pasado mes de junio y ya es docente del Centro de Estudios de Jazz, todo comenzó con una visita que hizo Édgar Dorantes a Chihuahua cuando Aldo era un secundariano interesado en la música, pero con poca claridad del género que hoy domina.

Yo soy del mero Chihuahua…

Yo soy de Anáhuac, Chihuahua, un pueblo agrícola que está como a hora y media de la capital. Mis abuelos son de ahí, son agricultores y la verdad, la música no sé de dónde me viene porque mis papás no son músicos ni nada por el estilo, aunque dice mi mamá que su bisabuelo tocaba la tuba en la banda de Parral, otro pueblo de Chihuahua.
Tengo un hermano seis años mayor que yo, en una navidad, a mí me regalaron un tecladito y a él una batería. De ahí nos empezó a gustar la música a los dos. Cuando tenía como seis años, me metieron a una escuela de música, pero me sacaron luego luego porque no me gustaba el estudio (risas). Nunca estudié y siempre duraba poco en las escuelas, pero en un momento aprendí a leer y a saber en dónde estaban las notas. Siempre me gustó la música y siempre estaba sacando canciones de oído en el tecladito, y cuando ya sabía leer, tocaba las canciones que me gustaban.

Fascinating Rhythm

Mi hermano fue el que salió primero del pueblo, se fue a Chihuahua a estudiar en la escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chihuahua y todo lo que iba aprendiendo, me lo iba pasando, iba a la casa y me pasaba libros de solfeo y de canciones y entre esas hojas venía algún standard de jazz. Yo no sabía qué era eso, pero como me llevaba esas cosas, me ponía a tocarlas. Esa escuela es de formación clásica y lo único que hay de jazz es guitarra, como sus exámenes incluían tocar con ensamble, tenía que reclutar gente para que lo acompañara, pero nadie tocaba jazz. Como no hay muchos bateristas, mi hermano era el que acompañada y en ocasiones me invitaba, yo no sabía, pero iba y hacía lo que podía, así fue como conocí el jazz.
Cuando yo estaba en la secundaria Anáhuac, Édgar [Dorantes] iba a ir a Chihuahua, mi hermano me habló y me dijo:
-Vente una semana
-Pero estoy en la escuela, no puedo
-No vayas a la escuela, no pasa nada
Me fui esa semana a Chihuahua y ahí conocí a Édgar y aunque no sabía mucho, verlo tocar me dio mucha ilusión.
Cuando cumplí 14 años, yo también me fui a estudiar a Chihuahua, estuve estudiando piano de formación clásica, fue donde empecé a estudiarlo ya más en forma. En ese semestre, volvió a ir Édgar, estuvo una semana. Yo no sabía nada pero fui y no entendía nada, pero ahí estaba (risas). Ya desde chiquito tenía bastante interés por la música, pero cuando lo vi tocar, me nació el interés por el jazz y hasta me subí a tocar Blue Monk, me perdí y todo, pero la toqué. Édgar me dio unos folletos de JazzUV y me dijo que me viniera y acá estudiara la prepa abierta. Me esperé a acabar la prepa y después me vine para acá. Él ni sabe, pero por Édgar es que estoy aquí en Xalapa (risas).

When It’s Sleepy Time Down South

Estudié la prepa en un Cedart, los tres años estuve tomando piano clásico, solfeo armonía, todo en clásico, pero yo ya estaba con el interés del jazz. Tocaba en los exámenes de esa gente y la de Bellas Artes, también tocaba otras cosas, a veces versátil, también estuve en un grupo de country, pero ahí tocaba la guitarra, duré como un año o año y medio. Siempre estuve tocando con mi hermano, pero no tocaba tanto jazz porque casi todos mis amigos de la prepa tocaban clásico. Fue hasta el final, justo antes de venirme para acá, cuando empezaron a invitarme a tocar jazz en dos o tres bares, pero era más bien como un cotorreo con los amigos.
En 2010, un amigo de allá de Chihuahua que estudió en Puerto Rico, organizó un festival de jazz. Invitó gente de la escuela de Puerto Rico -algunos, ahora son maestros-. En esa ocasión fueron Arturo Caraza e Ilán Bar-Lavi. Fue el primer festival que hicieron, entonces fue un impacto no sólo para mí sino para la gente de Chihuahua, hubo varios conciertos y clases. Yo tenía como 16 años y ya sabía que quería estudiar jazz, ya descargaba mis discos y los escuchaba, ya tenía el gusto. En abril hicieron otro festival al que fueron [Rafael] Alcalá, Vladimir [Coronel] y otra gente que iba de acá, ya estaba decidido a estudiar jazz y sabía que la escuela de Xalapa ya tenía licenciatura porque un amigo de Chihuahua entró a la primera generación y lo contacté para ver cómo estaba la onda acá, era Mario Montes.
Mi hermano abrió las puertas en la familia para estudiar música y salir, entonces, cuando yo quise venirme a estudiar aquí a Xalapa, mis papás ya sabían cómo estaba la onda y no hubo ningún problema, me apoyaron -y hasta la fecha me siguen apoyando-, ellos no son músicos, pero les gusta mucho todo lo que hacemos.

(CONTINÚA)

SEGUNDA PARTE: El manantial en la arena
TERCERA PARTE: All The Things…

 


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