De los tres precandidatos fuertes a la gubernatura de Veracruz, quien está padeciendo seriamente las circunstancias políticas locales y los efectos contraproducentes  del debilitamiento de la propuesta de su alianza electoral rumbo a Los Pinos es Miguel Ángel Yunes Márquez, de la coalición PAN-PRD-MC.

La pregunta es: quién podrá aprovechar la situación complicada por la que atraviesa el precandidato Yunes Márquez, que la mañana de este martes será nominado precandidato por Movimiento Ciudadano.

Es claro que el candidato de Morena, Cuitláhuac García Jiménez, quien va por segunda vez a una campaña a Gobernador, es el que más camino andado lleva. No solo es que haya estado a punto de lograr el segundo lugar en la elección de 2016, con más de 800 mil votos (lo superaron el ganador, Miguel Ángel Yunes, de PAN-PRD, y Héctor Yunes, del PRI-PVEM), sino que tiene la enorme ventaja del impulso ganador que trae Andrés Manuel López Obrador en su tercera batalla por ser Presidente de México.

Pero quien le sigue y, además, está ganando impulso, es el candidato priista Pepe Yunes, quien en su triunfo como Senador de Veracruz en 2012 obtuvo 1 millón 270 mil votos, que le significaron el 36.6 por ciento de los sufragios.

Y ambos están mejor colocados para protagonizar la lucha por la gubernatura el próximo 1 de julio.

¿Qué afecta al hijo del gobernador?

Varios factores apuntan a que es posible la debacle del exalcalde de Boca del Río. Por supuesto, uno de los puntos preocupantes es el desmoronamiento de la coalición “Por México al Frente”, que ya presenta fisuras muy importantes en los tres partidos que lo han constituido para impulsar a Ricardo Anaya, muchos de cuyos liderazgos han migrado (y seguirán migrando) a otros partidos, incluidos el PRI y Morena. Pero no es el único.

Esta percepción de que Anaya ha empezado a desinflarse, de que en lugar de sumar está sufriendo el paulatino desmoronamiento de su base política de apoyo, se verá más claramente en las próximas encuestas; en las ya publicadas, la mayoría orientadas a engañar al electorado (incluidas las presentadas por Andrés Manuel López Obrador), Anaya Cortés no se ha despegado de José Antonio Meade, del PRI, como para planear el voto útil a su favor. Para el candidato blanquiazul en Veracruz, estas circunstancias pueden tener un impacto mayúsculo, colgado desde siempre a la suerte del queretano.

Pero hay otro factor más desafiante, la mala fama que le acompaña por partida doble: por un lado, ser la imposición de su padre para prolongar el poder familiar en Veracruz, y por otro, cargar –sin posibilidad de señalarlo críticamente– con el enorme lastre que significan los fracasos de su padre en materia de combate a la violencia criminal y la impunidad (su principal oferta de campaña), de recomponer las condiciones financieras del gobierno estatal, impulsar el crecimiento económico y la generación de empleo, y otorgar condiciones de convivencia democrática a los veracruzanos.

Ni campañas negras ni apoyos oficiales sirven

Y sí, la preocupación ha invadido su casa de campaña. Pese a los enormes apoyos con que le prodigan de parte de la estructura de gobierno, por instrucciones de su padre, todo parece indicar que no comenzará la campaña en una posición cómoda. Y es que, pese a haber mostrado encuestas en que aparece en primer lugar en la preferencia electoral, superando a Cuitláhuac García Jiménez (Morena) y Pepe Yunes (PRI), en ese orden, lo cierto es que anda rezagado y parece compartir la misma suerte con Ricardo Anaya, lo que le puede significar una derrota adelantada.

A los Yunes les preocupa mucho Morena. Contra el avance electoral mostrado por el partido de López Obrador, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares ha enderezado una campaña negra persistente, y ha rebasado incluso los límites de la civilidad política y convivencia democrática, además de poner en entredicho su investidura como estadista.

Desde la utilización de mercenarias de la política, como Eva Cadena y Judith González Sheridan, quienes pasaron de diputadas locales de Morena a empleadas del PAN, hasta dedicar tiempo y dinero público para la difusión de una ruda campaña contra AMLO mediante videos, entrevistas radiofónicas y declaraciones públicas, lo que viene puede ser más ruidoso y la meta todos los sabemos: bajarle créditos a Morena para que su hijo pueda ganar la gubernatura.

Como Fidel, Yunes atrae a impresentables

Una de las señales de que los Yunes azules han empezado a angustiarse de que no levanta el junior es la desesperada pepena de personajes impresentables para ‘enriquecer’ la oferta electoral panista rumbo al 1 de julio.

Primero, aunque fue por la vía de Movimiento Ciudadano, con la postulación a la diputación federal por Martínez de la Torre, de Eduardo Sánchez Macías, un empresario de medios, exdiputado local por el PVEM y blanco de varios ataques del mandatario veracruzano, quien amenazó con perseguirlo por haber facturado altas sumas de dinero a cargo del erario duartista por concepto de ‘publicidad’.

Ahora, con la postulación del exalcalde de Las Choapas y exdiputado local, Renato Tronco Gómez, directamente por el PAN, al que perteneció hasta antes de ser convencido por el entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán para que contendiera por el PRI y sus aliados, se busca cerrar la brecha que separa las cifras del PAN de las obtenidas por Morena en el sur de la entidad, un verdadero abismo. El propio Yunes Márquez lo reconoció cuando presentó a quien será su candidato a la diputación federal por el distrito XI, con cabecera en Coatzacoalcos: el PAN no tiene estructura suficiente para ganar elecciones en el sur, por lo que debe allegarse de quienes sí tengan esa estructura, como Renato Tronco, un cacique que recién fue exonerado por el asesinato de un regidor de Las Choapas cuando era alcalde, y cuyo hermano Miguel Ángel es el actual presidente municipal por la vía del Partido del Trabajo (PT).

Y como estos, pronto se sumarán otros a la cuadra yunista, quien trata de contrarrestar las adhesiones de expriistas y expanistas a la campaña de Morena en la entidad. Habrá que ver si los que votan ven bien esos adornos.

La violencia en Xalapa crece y crece y crece

Con lo ocurrido el sábado por la madrugada en que fueron abatidos dos habitantes de la ciudad, uno de ellos estudiante de la Universidad Veracruzana que acudió al antro en que ocurrieron los hechos a trabajar como músico, Miguel Ángel Yunes Linares no ha podido salir con su tradicional discurso de que la balacera tuvo como móvil una batalla entre bandas criminales.

La verdad es que todos los que fueron asesinados o que se debaten entre la vida y la muerte por recibir impactos de bala, como la mujer que recibió 10 y que es estudiante de posgrado de la UV, son notoriamente gente buena. Por ello, quizá, Yunes Linares debió ordenar a su secretario de Seguridad Pública, el exagente de Tránsito  Jaime Téllez Marié, a capotear el asunto pues él no podía salir a afirmar que había sido un ajuste de cuentas.

Lo que sí hizo Téllez fue endilgarle el asunto al ayuntamiento de Xalapa, como si la causa hubiera sido un problema interno, la falta de medidas de seguridad para evitar el acceso con armas de fuego al local o de medidas de seguridad de un gobierno que aún no tiene en sus manos esas facultades.

En el propio video que exhibió el funcionario se delata que los dos delincuentes que accionaron sus armas de fuego llegaron de la calle y arremetieron contra quienes se encontraban en la puerta, seguramente a punto de irse porque ya eran más de las 2 de la mañana. Y en la calle reinaba la paz, ni un rastro de vigilancia policiaca, como el propio Yunes había amenazado que haría con aquellos negocios que cerraran después de las 10 de la noche, como las tiendas de conveniencia que funcionan hasta la madrugada y venden bebidas alcohólicas, a quienes les dijo que debían contar con personal de seguridad, como si estos pudieran cuidar los comercios y, además, proteger a sus clientes en las calles.

Pese a la llegada de policías militares, que solo hacen show en las calles céntricas pero que son igualmente inútiles porque no hay planeación ni investigación para atender puntos de riesgo, Yunes Linares sigue mostrando cada día que no es capaz de atender la emergencia de seguridad en la entidad, ni siquiera en la capital, y ya todos clamamos porque el gobierno federal envíe a un comisionado que se haga cargo de nuestra seguridad.

 

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