Hay 37,200 millones de células en tu cuerpo… aproximadamente, por supuesto.

Esa fue la cifra a la que llegaron los científicos en 2013 tras un gran esfuerzo, pues calcular el número promedio de células en el cuerpo humano es complicado, pues depende de en qué te bases para hacer el conteo.

Basándose en el volumen, la estimación es 15,000 millones de células; basándose en el peso, serían 70 billones.

Así que tuvieron que analizar el número de células por tipos y por órganos, revisando la literatura disponible para obtener una lista detallada de volúmenes y densidades en todo, desde el intestino hasta las rodillas.

Así llegaron a esa enorme cifra de 37,200 millones, sin incluir los millones de microbios que viven en nuestros cuerpos.

No siempre las mismas

En promedio, las células de tu cuerpo son reemplazadas cada entre 7 y 10 años.

Pero no todas tienen los mismos ritmos vitales: algunas viven unas pocas horas mientras que otras, varias décadas.

En promedio, las células de tu cuerpo son reemplazadas cada entre 7 y 10 años.

Pero no todas tienen los mismos ritmos vitales: algunas viven unas pocas horas mientras que otras, varias décadas.

Las células cerebrales: ¿más de 200 años?

Células de lentes oculares: toda tu vida

Óvulos: 50 años

Células del músculo cardíaco: 40 años

Células intestinales (excluyendo el revestimiento): 15,9 años

Células del músculo esquelético: 15,1 años

Células grasas: 8 años

Células madre hematopoyéticas: 5 años

Células hepáticas: 10-16 meses

Células de páncreas: 1 año

Y, ¿a dónde se van al morir?

Las células en la superficie de nuestro cuerpo o en el revestimiento de nuestro intestino se desprenden y se desechan.

Las que están dentro de nuestros cuerpos son capturadas por los fagocitos, glóbulos blancos que ingieren otras células.

La energía de las células muertas se recicla en parte para formar otros glóbulos blancos.

Si cambiamos de células, ¿por qué envejecemos?

Aunque la mayoría de las células se regeneran, los procesos implicados progresivamente se vuelven poco fiables con el tiempo.

En particular, el ADN que lleva las instrucciones para los procesos celulares se daña, lo que eventualmente impide más división celular.

El resultado es el creciente nivel de decrepitud que llamamos envejecimiento.

Con información de BBC