La primera condición para que un candidato sea verdaderamente independiente, debería ser que nunca haya militado en un partido, sino, sólo se trata de un tránsfuga. ¿Qué se violentan sus derechos políticos? Pues entonces que busque cobijo en otro partido político, que eso del travestismo electoral se les da muy bien a los candidatos.

Las candidaturas independientes debe ser un espacio exclusivo para los ciudadanos, como exclusiva fue durante tantos años la facultad conferida a favor de los partidos políticos de designar candidatos. Estaríamos a mano.

Hasta ahora no hay verdaderos independientes, acaso el joven jalisciense Pedro Kumamoto, quien ha hecho de la reducción del financiamiento público a los partidos políticos su causa, y que busca, por esta misma vía, alcanzar un escaño en el Senado de la República. Los demás sólo es rumba y guaguancó.

Pero los políticos nunca apuestan al suicidio colectivo –y como muestra, la supuesta donación de sus prerrogativas a los afectados por el sismo-, ni siquiera apuntan a darse voluntariamente un balazo en el pie. Las candidaturas independientes fue una respuesta convenida ante la falta de representación y credibilidad de los partidos políticos. Es cierto.

Pero la figura fue una perversa reinvención de los políticos de siempre para garantizar que, ante la cerrazón interna de sus procesos internos, puedan participar en una contienda al amparo de sus estructuras y con sus recursos, como en su momento lo hicieron en coaliciones con partidos políticos satélites creados ex profeso. La cosa es que sigan siendo los mismos candidatos aunque por diferentes vías.

Por eso, la figura del candidato independiente es una burla, es una verdadera canallada. Los requisitos, aunque se han ido flexibilizando, siguen siendo prácticamente imposibles de cumplir para un ciudadano común, no así para quien, en rebeldía o en defensa de sus intereses personales, decide emigrar de un partido político, llevando con él –o con ella, como es el caso de Margarita Zavala- una buena parte de la estructura partidista.

En la mayoría de los casos, la candidatura independiente es un lobo disfrazado de oveja. Como sucede con la ex primera dama, tendremos a una candidata con una larguísima trayectoria de ¡una semana! en la sociedad civil, suficientes para aspirar a la Presidencia de la República. Más allá de sus méritos políticos y las razones de fondo de su candidatura, ha usurpado una candidatura independiente.

Y así hay muchos casos en la lista de quienes se registraron la semana pasada para competir por la Presidencia. Y habrá muchos más cuando inicien los procesos para senadores, diputados federales y los procesos locales en al menos media docena de entidades.

Y ¿qué va a pasar si gana un independiente? ¿Va a gobernar con puros ciudadanos? ¿O el espacio se reservará a la militancia partidista que decidió apostar por ese proyecto y dejar a su partido, cualquiera que este fuera?

El periodista tabasqueño Víctor Ulin también se refiere a este engaño. “Los políticos han desacreditado las candidaturas independientes que debieran provenir de ciudadanos y liderazgos genuinos, sin pasado ni carrera partidista. Quienes pretenden postularse por esta vía en 2018, en su mayoría, han sido -y son- políticos desplazados o militantes que saben que no tendrán ninguna posibilidad en su partido.”

Uno de los más fuertes aspirantes a la Presidencia de la República por la vía independiente, Emilio Álvarez de Icaza -un personaje anti sistémico, con un gran reconocimiento internacional por su labor al frente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos-, prefirió declinar a la aspiración antes de morder el anzuelo de la partidocracia.

El defensor de derechos humanos aseguró a Animal Político que existe una estrategia para fragmentar y dividir el voto rumbo a las próximas elecciones presidenciales, por lo que no aspirará más a la contienda. En su opinión, la promoción de candidaturas independientes como la del senador Armando Ríos Piter, la ex primera dama Margarita Zavala y el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón ‘El Bronco’, “ha sido orquestada desde Los Pinos para beneficiar al PRI”, con la intención de fragmentar el voto.

Sin embargo, no arría bandera. Con la creación del movimiento Ahora, anunció que su trabajo en los estados les permitirá buscar candidaturas ciudadana en 14 entidades del país, desde diputaciones locales y presidentes municipales, hasta gubernaturas o jefaturas de gobierno.

Ante la crisis de legitimidad y credibilidad que enfrentan los partidos políticos, las candidaturas independientes representaban una oportunidad para que los ciudadanos pudieran acceder a diversos espacios de representación popular y gubernamental. Hasta que los propios partidos las pervirtieron.

Paradójicamente, la clase política ha adquirido un seguro de vida a través de las candidaturas independientes. Al fin y al cabo, para ellos, la verdadera democracia puede esperar un par de décadas más.

Las del estribo…

  1. “Delincuentes” se ha convertido en la palabra favorita del régimen. Así ha llamado a los que gobernaron antes, a sus enemigos políticos, a quienes han sido ejecutados o a los que se manifiestan sin importar su causa: lo mismo son delincuentes quienes protestan en Coxquihui o en Nogales. Lo curioso del caso es que en esta “pandemia” de delincuentes que vive Veracruz, muy pocos han conocido la justicia.
  2. La negativa de un juicio de desafuero por parte de la Comisión Instructora de la Cámara de Diputados, más que un revés para el Gobernador Yunes, en realidad representa un cheque en blanco para su proyecto. Ayer mismos empezaron a correr noticias las carretadas de dinero que se habrían desviado desde las CGCS. Cosa de esperar.