En números redondos faltan tres meses para que se acabe el año y con ello le demos las gracias a los 212 dilectos y probos presidentes municipales veracruzanos, que durante cuatro años se sacrificaron por mejorar las condiciones de vida de sus gobernados.

A partir del 1 de enero adiós al presupuesto, al chanchuyo y a meterle la mano al cajón del erario. Ese día volverán a ser ciudadanos comunes o prófugos de la justicia, según sea el caso.

Y es que más de la mitad cometieron la burrada de pensar que serían eternos, se dieron vuelo dándole de tarascadas al dinero público y hoy están que se truenan los dedos porque no tienen para pagar a proveedores, sueldos y menos el aguinaldo. Pero los hay que no tienen ni para pagar la próxima quincena.

Aproximadamente el 50 por ciento saben perfectamente bien que no les cuadrarán las cifras cuando el Orfis y la Contraloría los mande llamar para revisar la Cuenta Pública del 2017, de ahí que algunos anden en busca de buenos abogados. Pero los que tienen la seguridad de que les fincarán responsabilidades penales, lo que están buscando es un país que no tenga tratado de extradición con México para evitar que les pase lo que a Javier Duarte.

Los únicos que ni sudan ni se acaloran son César Ulises García Vázquez, alcalde de Coatzintla y Miguel Ángel Yunes Márquez, munícipe de Veracruz.

De ahí en fuera casi todos andan con el Jesús en la boca y prometiendo jaculatorias a la Virgen de los Desposeídos si logra librarlos del Orfis, la Contraloría estatal o de la venganza del actual gobernador que ni perdona ni olvida.

¿Por qué ni Ulises ni Miguel Ángel hijo están en la lista negra?

El primero porque fue invitado públicamente por el gobernador Miguel Ángel Yunes a formar parte de su gabinete. Y eso de alguna manera le da patente de corso.

Y en el caso de Miguel Ángel Yunes Márquez, pues nomás por ser hijo de quien es.

Ninguno de los dos es una blanca paloma. El coatzintleco es el alcalde que más quejas tiene ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos de la zona norte, y Yunes hijo tiene al menos una denuncia guardada en la PGR por enriquecimiento inexplicable.

Pero de momento ambos andan en caballo de hacienda y la vida les sonríe. César Ulises se acomodará en una secretaría y Miguel Ángel dejará la alcaldía con el sueño de ser gobernador. Y si algo tiene Veracruz es que a nadie se le prohíbe soñar.

Pero ¿qué pasará con los demás alcaldes? ¿Cuántos serán huéspedes de Pacho Viejo?

Eso se sabrá los primeros meses del 2018, pero desde ahora te puedo adelantar lector, que la corretiza judicial será principalmente contra los ex alcaldes priistas (todos favorecidos con la alcaldía por Javier Duarte), y esa corretiza será canalizada por Miguel Ángel Yunes Linares para tratar de entronizar en el trono de Veracruz a su hijo del mismo nombre.

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