En este tiempo de crisis profunda en Veracruz, unos más y otros mucho más andan acongojados por las terribles condiciones económicas en que dejó al estado la corrupción depredadora del fidel-duartismo.

El problema es global y generalizado, y a todos afecta en lo macro, en lo micro, en lo doméstico y hasta en lo íntimo. Es tan profundo, que subyace permanentemente en la mente y en los temores de cada ciudadano.

Los veracruzanos volteamos a ver a nuestro estado y nos agobian su condición desastrosa, su gran deuda y los graves problemas que acarrea la situación en conflicto: inseguridad, desempleo, deterioro social, adicciones.

Está tan mal todo en lo general, es tan denso el bosque de las dificultades, que obviamos muchos problemas pequeños, tantos dramas personales.

En lo poco se concentra lo mucho. En la solución de un caso empieza la resolución de los más graves problemas.

El estado permanece en déficit, las finanzas no alcanzan para la supervivencia de nuestro modo de vida, la violencia se enseñorea, el conflicto es el pan de cada día.

Pero…

Se llama Arturo. Es un hombre mayor, afectado sensiblemente de sus funciones mentales, y vive en la calle. En una de ellas fue atropellado el pasado 6 de julio, y permaneció tirado en una esquina, en Américas y Luis J. Jiménez, sobreviviendo de sus heridas de milagro, como lo hace todos los días.

Gracias a la intervención del grupo Veracruzanas Líderes de Opinión y Acción, A.C. (Veloa), fue levantado de la calle e internado en el Hospital Civil, en donde permaneció 36 horas.

El DIF municipal de Xalapa donó material de curación para Arturo y desde el día 19 ha estado en un espacio que le prestan en una iglesia. Cáritas y la Parroquia Emperatriz de las Américas de Xalapa le han proporcionado alimentos, curaciones y la posibilidad de asearse, pero él necesita un tratamiento especial y atención profesional.

Finalmente, el lugar en el que permanece es inadecuado, y no hay un albergue a modo para él.

Arturo balbucea, más que hablar, y se le entiende que ha sido músico; menciona algunos nombres y dice que son miembros de la Orquesta Sinfónica de Xalapa. Dice que tiene dos hermanos en Xalapa y una en Coatzacoalcos, pero no recuerda cómo se llaman.

Presenta un síndrome cerebral orgánico producido por alcoholismo crónico y/o drogadicción.

Cuento esta historia mínima y publico junto la foto de Arturo con la esperanza de que sus familiares den con él, lo rescaten y así empecemos a enhebrar el hilo de las enormes soluciones que necesitamos todos los veracruzanos para volver a ser felices y prósperos como nos merecemos.

Prósperos… este término nos retrotrae a tantas mentiras del duartismo, al lenguaje con el que fuimos embaucados, robados. Pero sí, el idioma es nuestro y las palabras también, prósperos merecemos ser y lo seremos cuando salgamos de esta pesadilla; cuando todos hagamos nuestro trabajo como debe ser y nuestro querido y hermoso Veracruz renazca de sus cenizas financieras.

Y de regreso a Arturo, si alguien lo reconoce, haga el favor de llamar al teléfono de la Parroquia Emperatriz de las Américas: 298 5598.

Así, comenzaremos nuestras grandes soluciones generales resolviendo los dramas particulares.

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