¿Por qué grita tanto el diputado plurinominal Sergio Rodríguez?

¿Acaso no ha tenido suficiente,  en su carrera política, con los escándalos en los que ha sido expuesto públicamente?

Se lo recordamos: tiene una denuncia penal en la FGE por el delito de robo de una camioneta Dodge tipo Charger RT, modelo 2006, valorada en 200 mil pesos, que se robó hace más de seis años. La investigación tiene el número UIPJ-1/DX1/7º./2923/23016, con el licenciado Víctor M. Mendoza Román, fiscal del Distrito XI, de la Unidad Integral de Procuración de Justicia número 1 de la FGE.

Otra: se hizo famoso, desde diciembre del año pasado, cuando circularon fotografías en donde aparece trepado en una cama acomodando fajos de billetes de mil pesos. (Tiempos del duartismo en contubernio con su carnal Freddy Marcos Valor y en alianza con Jorge Carvallo Delfín, aprovechando que Erick Lagos iba rumbo a la Secretaría de Gobierno). En ese tiempo, Sergio Rodríguez, fue catalogado  como el dirigente perredista que tenía el suelto más alto, en la República, con 50 mil pesos mensuales. Sus correlegionarios se quejaron de que nunca rendía cuentas y por lo tanto no había una administración transparente. Se hacía lo que él mandaba en el partido amarillo.

Siguen los pagarés escandalosos: en 2013, Juan Montes de Oca López, presidente del Consejo Estatal del PRD, denunció ante los medios de comunicación la extorsión que realizó  a cuatro regidores perredistas: les pidió 480 mil pesos a cambio de dejarlos en sus regidurías.

De acuerdo con la denuncia, Juana Dávila Reyes, regidora en Cosoleacaque, expuso que Rodríguez le hizo firmar un pagaré por 200 mil pesos para mantenerla como regidora. Después de que entregó ese dinero, la llamó para firmar 48 pagarés de 10 mil pesos cada uno. Dávila se negó.

Como ella, otros tres candidatos a regidores por el Sol Azteca en ese municipio firmaron pagarés por 200, 150 y 100 mil pesos antes de la elección. Juana Dávila denunció que por negarse, Rodríguez, promovió, ante el Instituto Electoral Veracruzano (IEV), el retiro de la regiduría; Montes de Oca reveló en esa ocasión que en las mismas condiciones se encontraban los regidores de Alvarado y Papantla.

El viernes 29 de julio, 2016, en el Café Parroquia de Jalapa, aparece Sergio con Miguel Ángel Yunes en un acto de ‘amigos solidarios’ para lo que venía. Yunes dijo: “Sergio es mi amigo” y con eso bastó para que posteriormente fuera presidente de la Comisión de Hacienda del Estado en el Congreso.

Más: logró colocar, en el mes de enero, a su esposa, Diana León Rosas, una maestra de preescolar y sin experiencia, como delegada de la SEV en Orizaba.

Desde el mes de mayo empezó afilar el diente. Se lanzó en contra de la JUCOPO, del fiscal Winckler y hasta del gobernador Yunes. Al fiscal lo ha llamado ‘niño caprichoso’. Ha perturbado a su mismo grupo legislativo porque ha buscado coordinar la bancada del PRD, tirando del cargo a Yazmin de los Ángeles Copete Zapot, con quien no se traga. Pero también grita y se ha lanzado en contra de Yunes Linares y del diputado Sergio Hernández, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Legislatura. En cuanto al mandatario estatal, declaró en este mes, que el Ejecutivo ha incumplido con el ajuste a la Ley de Egresos de este año.

Fue un fracasado al frente de la Comisión de la Verdad que duró hasta el 12 de junio; se instaló el 18 de enero, y fue creada para investigar el origen de la deuda pública del estado desde 1998 al 2016 (tres gobernadores: Alemán, Fidel y Duarte). De nada sirvió su juramento de analizar e investigar las administraciones de los tres, sobre todo de los dos últimos, pero no iba a ser posible dada la vinculación política de Sergio Rodríguez con Duarte.

En su afán de estar dando tantos gritos, se le ocurrió hacer señalamientos de inconsistencias del gobernador, desde su escritorio de la Comisión de Hacienda. Con estas declaraciones a los medios, su historial político se apagó durante la sesión de este martes, cuando sus compañeros de bancada y coalición PRD y PAN votaron a favor para que dejara de presidir la importante Comisión de Hacienda en el Congreso del Estado con 23 votos a favor y 25 abstenciones. Gritó y dijo ser  mártir por lo que había declarado. Se acabó el “perredista rojo”. Fue comisionado para presidir lo referente a lo financiero en cuestiones de turismo en la parte costera de la entidad. De cualquier manera, sus tiempos de lealtad a Yunes, le han permitido librar la orden de aprehensión en su contra que se giró el 14 de marzo, este año, por el robo de la camioneta.

Llamar a cuentas al gobernador le salió caro al diputado plurinominal. Mentira que su actuación sea un espejo donde se refleje una actitud positiva y de madurez en el desarrollo político. Este diputado con antecedentes reprobados por la sociedad no es ni será el ejemplo para ver su actuación como positiva ni democrática. Es un acto de indisciplina real de un gritón que quiso pasarse de listo como se la ha pasado en su historial político: de amarillo a rojo y luego azul. Ese no debe ser “un hecho valorado más allá de intereses políticos”. Esa fue una pendejada de alguien que quiso gritar mucho y no pudo.

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