Es pasmoso que con tantos delitos como cometió, delitos que dejaron a miles de familias en el abandono y en la más absoluta miseria; delitos que provocaron quebranto y muerte en incontables hogares veracruzanos, a Javier Duarte se le esté acusando de agravios que lo pueden poner en libertad apenas pise suelo mexicano.

Es inconcebible que un sistema de gobierno que presume de estar luchando contra la corrupción, haya pactado la impunidad de una mujer que también es responsable de esa miseria, abandono y muerte. Karime Macías Tubilla ha sido señalada por quienes fueron sus esbirros como la jefa del grupo criminal, y sin embargo, goza de un exilio dorado y sin sobresaltos.

Es de burla que quienes se ofrecieron gustosos a ayudar en el desastre a Veracruz, sean hoy diputados federales y locales protegidos por el fuero. Y quienes no lo son, traigan bajo el sobaco amparos que los hacen inmunes a cualquier orden de aprehensión.

Gracias al nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio y Adversativo, Karime y los miembros de su pandilla se carcajearán de los veracruzanos hasta que se mueran ya que difícilmente pasarán mucho tiempo en prisión… si los atrapan.

Y para muestra, baste saber que los bandidos del duartismo que están presos pueden salir en libertad en unos meses porque sus delitos alcanzan fianza. Y alcanzan fianza porque las carpetas de investigación fueron hechas con las patas. Y fueron hechas así porque quienes las hicieron no saben hacer su chamba.

¿Por qué es fácil robar y quedar impune, concretamente en Veracruz? Porque el nuevo Sistema de Justicia Penal protege de mil maneras al procesado y porque los acusadores no saben cómo acomodar en las carpetas términos concretos como robo, despojo, injusticia, hambre, inseguridad, violencia y muerte.

Entre las 18 observaciones que hizo la Auditoría Superior de la Federación al último año de gobierno de Duarte, destaca un faltante de 920 millones de pesos destinados al Seguro Popular.

Javier, su esposa y su pandilla son señalados de desviar esos millones que eran, entre otras cosas, para atender a pacientes de escasos recursos que padecían cáncer o VIH. Esto fue un latrocinio y un despojo injusto que provocó la muerte de varios enfermos.

Sin embargo, no se les juzgará por despojo, robo y asesinato.

Circula en redes sociales una carta donde se pide el apoyo ciudadano para denunciar a Duarte ante la Corte Penal Internacional de la Haya, por el suministro de medicamentos apócrifos a niños con cáncer y 70 mil pruebas falsas para la detección del VIH.

La idea es excelente.

Pero ante la inoperatividad de la justicia mexicana ¿por qué no extender la petición para que Karime Macías y el resto de la banda sean juzgados en La Haya?

Lo anterior devolvería a una sociedad desilusionada, robada y ofendida como la nuestra, su fe en la justicia; aunque sea en la justicia de La Haya. Lugar donde al ladrón y al asesino se les juzga y condena por lo que son. Y punto.

bernardogup@nullhotmail.com