El Derecho Internacional

El ius cogens o jus cogens, son normas imperativas del Derecho Internacional, son un grupo de normas que se consideran las más importantes del Derecho Internacional, debido a su trascendental importancia y a la universalidad de los valores humanitarios que representan, estas, no son susceptibles de renuncia.

Las normas más antiguas sobre la protección del ser humano en el Derecho Internacional, se encuentran en el Derecho Internacional Humanitario.

La primeras referencias se encontraron contenidas en textos de las grandes religiones y civilizaciones de la antigüedad. Estas normas se desarrollaron a partir de las costumbres de la práctica de grupos beligerantes. La religión buscaba proteger la integridad física y moral de las partes en conflicto y de quienes eran afectados por los intereses de estos grupos. Posteriormente los Estados en conflicto batallador, las retomaron en Acuerdos Bilaterales y Reglamentos Militares, como el código Lieber de 1863. El código Lieber tiene su origen en las instrucciones firmadas por el presidente Abraham Lincoln a las fuerzas de la Unión durante la guerra civil estadounidense, estas dictaban la forma en la que los soldados debían de comportarse en tiempos de guerra. Adquiriendo más tarde, el nombre del jurista, filósofo y político alemán-estadounidense Francis Lieber.

Derivado de ello, las bases del Derecho Internacional Humanitario en  estos tiempos, se sientan con el Convenio de Ginebra de 1964, siendo  este el primer instrumento multilateral en la materia, con el fin de asegurar la protección de los derechos de la persona humana ante el Estado y los grupos armados no estatales.

El artículo 53 de la Convención de Viena, sobre el Derecho de los Tratados, define el ius cogens; como el conjunto de normas imperativas de Derecho Internacional general, establecidas por la comunidad internacional de Estados en su conjunto. Las normas   ius cogens, entre las que se encuentran; la prohibición del uso de la fuerza, la prohibición de la tortura, la protección de la población en estados de conflicto bélico, no pueden ser derogadas. Cualquier Tratado Internacional contrario a una norma ius cogens, es nulo.

El conflicto armado interno que se libra en México, denominado «guerra contra el narcotráfico», es un conflicto que enfrenta al Estado mexicano, los Grupos de Autodefensa Popular y Comunitaria, contra la inseguridad, estas cobran visos de violaciones constantes a la norma jus cogens, estipulado en los Tratados Internacionales, a los que México pertenece, lo que  lo coloca en riesgo de nulidad , con riesgo de conflicto internacional. Lo que permite a los Estados miembros restringir los Derechos de Estado en el contexto internacional y limita, y etiqueta  su presencia dentro de los Tratados.

La señora Za-bala

La expresión absurda de la señora Margarita Zavala, en donde manifiesta:  «definitivamente habrá una segunda guerra contra el narco» de ser favorecida en el venidero proceso electoral, denota desconocimiento total de las normas en las  Relaciones  Internacionales,Tratados,Acuerdos y Convenios que a firmado México, o que están en proceso de conclusión. Además de desconocer los orígenes que provocan el incremento de la inseguridad en este país. Habla de otra guerra y no de estrategias socioeconómicas que permitan fortalecer el capital social.

La señora Zavala ha señalado que continuará con la lucha que su esposo Felipe Calderón inicio cuando era mandatario y que incremento considerablemente la violencia en nuestro país.

La señora Margarita Zavala también ha dicho, que : «admira a su marido y aprendió mucho de él», agregando; «si gano, a Felipe lo nombraré, titular de la Secretaria de la Defensa Nacional de México, para que comande, la segunda guerra». Mujer de precipitaciones verbales, que son producto de su pensamiento, construido al lado de un hombre que estableció como prioridad, la muerte entre compatriotas, antes que tácticas de fortalecimiento económico-social.

«Yo continuaré con la guerra, por supuesto habrá daños colaterales,pero son estragos a los que tendremos que resignarnos», lo dicho de acuerdo a información en los medios de comunicación.

Lo que se vive ya en México, es devastador y la búsqueda de estos supuestos beneficios no justifica, de ni una manera, los riesgos potenciales, en los que el país se encuentra inmerso. Dama de intenciones beligerantes, que condiciona el voto a su pensamiento violento,  para mitigar o abatir la violencia, dejando de lado, que la acción de la  violencia, trae como respuesta mayor violencia, la desestabilización social y el deterioro económico. Y ello es contrario al Derecho Internacional Humanitario, en el cual México esta vinculado por los Tratados Internacionales. La señora Margarita Zavala de acuerdo a sus propuestas, amaga, se violente el jus cogens, poniendo en riesgo de nulidad el Derecho Internacional en los Tratados, Acuerdos y Convenios que México ha establecido con la comunidad internacional y, en alto riesgo, sobre todo a la población.

Corresponde a los señores de Acción Nacional, no permitir el crecimiento electoral de Zavala, y mirar con responsabilidad y profundidad, las propuestas de una dama con tintes beligerantes, que a nadie conviene seguir abonando para la inestabilidad social.

La Diplomacia

La señora Roberta Jacobson Embajadora de los Estados Unidos en México, en su reciente visita al estado de Veracruz, con motivo de su participación en la quinta Edición de la Conferencia de Líderes de la Red Talloires, en su alocución, mencionó; que «Las universidades deben de servir para fomentar las buenas relaciones y el desarrollo de las comunidades en donde se asientan» y que estos, son ideales altos, tangibles y aterrizables. Manifestando que estos Campus, deben de ser, parte integral de la sociedad, ya que tienen el privilegio y la responsabilidad, de proporcionar perspectivas para promover el bien común.

Roberta Jacobson, quien se desempeño en los EEUU, como Secretaria de Estado adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental. Nacida en el estado norteamericano de New Jersey, en la adolescencia deseaba ser bailarina. Estudió la licenciatura en  Artes, en la Universidade Brown, cursando posteriormente Derecho y Diplomacia en la Universidad Tufs, considerado el centro académico más antiguo para estudios de posgrado en relaciones internacionales de los Estados Unidos. Ha venido a recordarnos la importancia de la vinculación y sentido de pertenencia, que las Universidades deben de tener con sus comunidades, ya que el desarrollo humano, mejora con la aportación de los saberes que los individuos obtienen interactuando con su habitat, en su aplicación y entendimiento, base fundamental para la preservación de la integración social.

A contrario sensu, las universidades públicas en México, entre ellas, la Universidad Veracruzana, excluyen a  miles de jóvenes, de la oportunidad del conocimiento, relegando así, a miembros de esas comunidades, a las que debieran de atender y servir.

No existen propuestas de evolución. Marginales como han solido ser, se desentienden, de la base fundamental, de otorgar enseñanza a miles de jóvenes deseosos de abrevar de los saberes de estos centros del conocimiento.

La dama representante de la potencia más influyente del orbe, ha expresado con palabras claras y llanas, una conseja, que no deja de ser de una persona inteligente, con alto sentido humano. No todo en el vecino país, es infortunio y beligerancia, como lo desea la señora Margarita Zavala de Calderon, para este país.

La guardia vieja del PRI

En la estructura social  la personalidad de los individuos, es la característica de los hombres , que crecen en sociedades reguladas del habitus social, que les incarcera en las experiencias del pasado, dificultando el avance de esas sociedades, generando anclajes de interdependencia, convirtiéndolas en sociedades poco desarrolladas, con una percepción de pasado y futuro, como algo separado de la realidad, viviendo un presente, su presente, con impulsos contrarios a la evolución. Estas sociedades reguladas por el Estado, conllevan la inducción de los individuos, en la forma de pensar y actuar, de acuerdo a las políticas establecidas por el mismo Estado. Los estudiosos han denominado ha este comportamiento, sociedades preestatales.

Así la alienación desde la infancia, va aprendiendo de los demás, como una herencia social común, de símbolos verbales y de costumbres de su entorno, que adquiere en la persona, una individualidad, normando su conducta y sentimientos, consciencia e instinto. Este aprendizaje, va dejando rezagadas en el desarrollo a gran parte de estas sociedades.

El pasado,empleado en el presente, como costumbrismo, pretende un continuum de sus miembros del pasado tardío.

Hemos visto aparecer en los mass media, a personajes del pasado reciente, en un intento de sobrevivencia, no sólo política, si no también emocional,que se han denominado la vieja guardia, que son en realidad una guardia vieja. Y vieja no por la edad, si no por el anclaje del pensamiento en ese pasado.

Que se sepa ni uno de ellos aportó o ha aportado, propuestas o acciones que trasciendan la temporalidad de los encargos, a los que han tenido oportunidad, sino que esos encargos del poder público, que les han sido confiado, han servido exclusivamente y con preferencia a quienes los ascienden, jamás contraviniendo sus intereses, contraponiéndose al Estado mismo.

Y entre pensamientos del pasado, pretenden subsistir al desastre político, que con sus servilismo ellos mismos provocaron.

Y, ahí, en las fotografías aparece un Manuel Ramos Gurrion, de quien como legado para la posteridad, dejo el hecho, de aquel bochornoso episodio en el hotel del IPE, en chachalacas. Entre otros personajes de no gratos antecedentes.

En todas las formas de gobierno, el poder efectivo y real, invalida o crea personajes que sirvan a los propósitos de los en el poder, no importando su capacidad intelectual o de sentido común para aportar propuestas para el desarrollo, económico-político-social, lo que interesa es la complicidad, para la subsistencia de dominio. Y esa guardia vieja, levanta la cabeza, en búsqueda de oxígeno, que les permita estar y ser.

Deplorable presencia de un pasado ominoso para la República.