Preservar las tradiciones
mantiene nuestra cultura
en un lugar que asegura
que nuestras viejas pasiones:
fandangos, versadas, sones
-orgullos de Veracruz-
no habrán de cargar la cruz
del olvido. Lo calibro
porque viven en el libro
de Meléndez de la Cruz.

De Meléndez de la Cruz,
el hombre que tiene el Don
de tutearse con el son
y no permitir que sus
versos empañen su luz
y sigan siendo cobijo
del jarocho, que es su hijo.
Para conocer su afán,
me comuniqué con Juan
y esto fue lo que me dijo:

«Yo crecí en Minatitlán, Veracruz, y me tocó la época en que el fandango fue disminuyendo, en buena medida por la llegada del radio y esos grandes medios de difusión pero sobre todo porque con la llegada del petróleo, al ser una industria internacional, se privilegió la producción material y se descuidaron los valores culturales. A mí me tocó todavía algo de fandango en Minatitlán pero no mucho porque me fui al Distrito Federal, allá estudié psicología en la UNAM y me tocó todo el periodo post 68, una época de grandes cambios a nivel político, a nivel ideológico, a nivel cultural y fui muy influenciado por eso.

«En 1982 me regresé a Minatitlán, no solo porque venía a trabajar a Petróleos Mexicanos al ocurrir la jubilación de mi padre, sino porque en 1981 conocí a don Arcadio Hidalgo y al grupo Mono Blanco. Aunque me fui de adolescente, siempre pensé regresar a mi pueblo y en el 82 retorné con la idea de hacer cosas en favor de la población, principalmente a través de la cultura, y Arcadio me puso en contacto con la gente que bailaba, que tocaba, que versaba en Minatitlán.

«Conocí a esa gente y de esa manera me introduje en la tradición veracruzana de la mano de uno de los grandes ejecutantes, quien me enseñó mis primeros rasgueos en la jarana, y por deformación profesional hice unas tablas de registro. Fui anotando los versos de Arcadio porque soy una gente ordenada y sistemática, o trato de serlo, y para aumentar mi repertorio de versos porque Arcadio te enamoraba para que entraras al son jarocho, te decía canta, canta y prácticamente era imposible negarse. Después fui anotando y entrevistando a otros grandes ejecutantes de la región y de más allá de ella porque Arcadio me hizo énfasis en que la versada es importante.

«En el 69 se formó el grupo Tacoteno con Arcadio Hidalgo, Antonio García de León y los hermanos Noé y Benito González García. Supe que los hermanos González García estaban en Minatitlán y en 1984, poquito después de la muerte de Arcadio, volví a fundar el grupo Tacoteno. Hice un trabajo de rescate de sones que habían caído en desuso como Los chiles verdes, Las limas o los sones que se usan para cortejar a los novios en el día de la boda. Los integrantes del grupo me dijeron oiga, don Juan, denos una copia de los versos, y entonces me di cuenta que esa versada que yo había logrado reunir le podía servir a más gente y decidí publicarlos como libro.

«En el 2004 publiqué el libro con el nombre Versos para más de 100 sones jarochos porque ese era número de versos que había logrado reunir en ese entonces. Luego me alejé un poco del son para atender mi trabajo asalariado, tanto en Petróleos Mexicanos como en el magisterio. En el 2016, ya jubilado de ambos trabajos, regresé de lleno al son. Al sacar el libro en el 2004 dije va a pasar una decena de años y los muchachos de hoy, con su empuje, van a hacer ese trabajo más amplio, pero al retornar me di cuenta de que no lo habían hecho y entonces dije bueno, me corresponde hacerlo (risas). Como ya tenía una mayor recopilación de versos y de sones porque los nuevos compositores de son jarocho están destacándose con un buen número de sones, por ejemplo Patricio Hidalgo con La gallina, Ligio Oseguera con El canario, Francisco Ramírez ‹Chicolín›, de Los Parientes, ha hecho Playera Niña y varios más; los incluí y a esta segunda edición le puse 150 sones jarochos para demostrar que ya son más sones, que son más versos.

«Cuando un sonero llega un lugar, sea una presentación o un fandango, lo primero que tiene que hacer es pedir permiso, al menos eso está en la tradición del fandango, después entran los versos de argumento o de pájaros o de amores, y al final tiene que echar versos de despedida, entonces, en esta nueva edición, los versos están ordenados de esa manera: primero las coplas para presentarse, después temas diversos y al final los versos de despedida. Esas son de las cosas nuevas que ofrezco en esta segunda edición corregida y aumentada.

«Afortunadamente, hemos recibido invitaciones para presentar el libro en diversos lugares, en febrero lo presentamos en Tlacotalpan, en la Fiesta de la Candelaria, en marzo en El Cazón, con los compañeros de Mono Blanco, en abril en la Fiesta de las Jaranas y las Tarimas, en la Ciudad de México, en mayo estuvimos en Son para Milo, también en la capital, también estuvimos en Querétaro con Marco Vizuet y ahora estaremos en Xalapa, el jueves 29 de este mes de junio, a las 6:00 de la tarde, en Realia, en Xalapeños Ilustres, en el centro del capital del estado. Les hacemos la invitación para que asistan, allí podrán escuchar también la presentación doctor Bernardo García Díaz y del diseñador Rafael Rodríguez Toral, entonces podrán escuchar cómo hicimos el libro y qué es lo que trae directamente de los tres principales que colaboramos para integrarlo, y podrán adquirirlo y también, si lo solicitan, lo puedo autografiar ahí mismo».

Es en Realia la cita
este jueves veintinueve,
acuda usted y compruebe
que la copla es infinita.
La entrada será gratuita
y tendremos el honor
de saludar autor
y a todos los convidados.
Considérense invitados
y no lo falten, por favor.

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