El jazz, sus tendencias composicionales e interpretativas y un juego autobiográfico que revela sus anhelos son los temas de esta parte final de la conversación con Emiliano Dorantes Meseguer.

The Jazz I Love

De jazz, me gusta mucho Oscar Peterson y Art Tatum, también me gustan mucho Monk y Duke Ellington, son de mis favoritos. Dizzy Gillespie también me encanta, Charlie Parker me deja impresionado siempre, Charles Mingus también me gusta mucho, hay muchos más pero creo que esos son mis favoritos.
A veces me gusta escuchar la música de Jaco Pastorius, de Herbie Hancock y esas cosas que son más rock, en realidad no me llama tantísimo la atención pero sí me gusta escuchar eso.
Jazz he tocado con mi papá varias veces algunos standards, a veces yo con la flauta o con la melódica, a veces él agarra la tarola y la toca con las escobas y al revés. A veces, mi papá me invita a tocar al final de sus conciertos.
El son jarocho también me gusta, una vez en la escuela hicimos un grupo y tocamos para sacar dinero para un viaje de la escuela, nos fuimos a Roca Partida y a Catemaco. Tocamos sones y cosas así, estuvo padre. No me llama tanto la atención el son jarocho pero sí lo he tocado varias veces.

Va, pensiero, sull’ali dorate

Lo que quiero estudiar es composición pero no se me antoja mucho estudiar aquí, ya chequé y vi que existen escuelas muy buenas en Europa y quisiera estudiar allá, posiblemente en Italia o en Austria. Lo que quiero es seguir componiendo siempre y tocar lo que componga.
También quisiera aprender italiano y componer una ópera o algo así, dejé el teatro porque con la Facultad de Música los horarios ya no quedan pero me sigue gustando mucho porque también la ópera tiene mucho que ver con el teatro y eso se me hace súper emocionante.
La composición es lo que más me atrae ahorita, es lo que quiero seguir haciendo. También quiero entrar a concursos, aunque no gane, hay la posibilidad. Hace poquito sacaron una convocatoria de un concurso en Zacatecas para componer y el premio son 250 mil pesos, es mucho dinero, quién sabe de dónde habrá salido pero nada más me enteré y le entré. Hay que hacer un concierto para violín y orquesta y ya empecé un concierto tipo Mozart, el concurso se cierra como en medio mes, tengo que apurarme. En el primer movimiento, que ya lo terminé, quise hacer cosas como lo que hizo Mozart en sus conciertos para violín, él metía temas populares famosos de su época y al público le gustaba mucho porque reconocían la melodía en el violín. En mi concierto metí temas de los conciertos para violín famosos, está el desarrollo y de repente se escucha el concierto para violín de Mendelssohn, sigue el concierto y luego entra uno de Mozart, luego uno de Vivaldi, después termina el desarrollo, regresa al tema y se acaba. Es como un juego, se lo enseñé a mi maestro y se rio. Estoy pensando qué hacer en el segundo movimiento porque estuve pensando y ya no sé qué hacer (risas).
Ya empecé a improvisar en el estilo antiguo para que, por ejemplo, cuando toque un concierto de Mozart, pueda improvisar la cadencia y muchos detalles dentro de la pieza. Ya lo intenté, ya toqué la cadencia del segundo movimiento improvisada. También me gustaría mucho hacer lo que hace un pianista que se llama Robert Levin, hace algo muy interesante que es decirle al público que le den algún tema famoso o dos o tres y luego empieza a tocarlo e improvisa sobre eso. Me gustaría hacer eso, improvisar fugas, improvisar cosas así, tratar de ser como un músico de esa época. Como ahora en la música clásica se está perdiendo mucho la improvisación, siento que valdría la pena incursionar más en ese sentido porque ahorita, que yo sepa, ese pianista es de los únicos que hacen eso y sí me gustaría a mí también poder hacerlo.

Los recuerdos del porvenir

Una vez, en la escuela, en la clase de inglés nos encargaron escribir una historia en inglés sobre lo que quisiéramos, nada más que tuviera que ver con nosotros mismos. Yo escribí una biografía que harían en el futuro sobre mí. Yo tenía mi peluca barroca y mi clavecín (risas), le puse que nacía en 2002 y moría en 2087, que hice treinta y tantas sonatas para piano, cuarenta y tantas sinfonías, incluso que compuse mi Arte de la fuga y el Cuarteto Chroma lo estrenó en Londres y hasta puse una imagen donde están todos viejitos tocando. Fue muy divertido (risas). Mi biógrafo era el nieto de Richard Taruskin, se llamaba Jean Philip Taruskin. En el futuro todos tenían nombres antiguos y tuve un hijo que era como mi discípulo, y puse también que cuando se murió mi padre, estrené mi Requiem (risas) y que en México había guerra y entonces me fui a no sé dónde. Puse cosas divertidas, estuvo muy loco (risas).







PRIMERA PARTE: Preludio
SEGUNDA PARTE: El lado soleado
VER TAMBIÉN: Conversación con Emiliano Dorantes Meseguer │ Avance

CONTACTO EN FACEBOOK        CONTACTO EN G+        CONTACTO EN TWITTER