El retorno a la música después de un par de años de ausencia, la incursión en la composición y el arreglo, las presentaciones públicas de su música y sus preferencias musicales son los temas que aborda Emiliano Dorantes Meseguer en esta segunda entrega de la conversación que sostuvimos.

El lado soleado

Cuando retomé la música, me gustó mucho el estilo de Mozart y también la música anterior a él y básicamente eso me inspiró para hacer mis cosas porque dije si Mozart lo hizo, pues yo también quiero hacerlo. Me puse a componer, hice primero un primer movimiento de sonata, chiquita, en do mayor creo que también estaba. Luego seguí haciendo otras cositas, empecé a componer fugas, me gustó eso, me acuerdo que empecé a componer mis primeras fugas y luego se las enseñé a mi papá y me dijo no, aquí te tienes que ir al quinto grado y aquí te tienes que ir a… y, bueno, tenía que comenzar otra vez, algunas veces ya las dejaba así (risas), me daba lo mismo, no quería estar corrigiendo todo.
Poco a poco comencé a adaptarme más al lenguaje clásico de esa época. Yo considero que compongo más o menos entre el estilo desde 1650 a 1800, como que me baso en esa corriente, barroco y clásico.
Empecé a componer muchas sonatas, ahorita está en proceso una sinfonía y varias obras de cámara, dos cuartetos de cuerdas y varias obras más.
He compuesto algunas piezas chiquitas de jazz y uno que otro arreglo pequeño, pero hasta ahora no he escrito para big band. He hecho arreglos de mis piezas e hice un arreglo de On the Sunny Side of the Street para cuarteto de cuerdas pero como los músicos clásicos no improvisan en el estilo de jazz, les escribí la improvisación, en realidad nada más da una vuelta, solamente es la melodía medio adornada y un poco de contrapunto entre el segundo violín y la viola, al cello le puse pizzicato para que hiciera como el walking bass, como si fuera el contrabajo. Es un arreglo chiquitito, yo creo que ha de durar como un minuto, un minuto y medio.
Cuando estudiaba teatro, hicimos una obra que se llama Sucedido de sapos y ranas, de Emilio Carballido, mi hermano y yo actuábamos en la obra y también la musicalizamos, en una parte tocábamos un blues y cosas muy chiquitas.
Cuando mi mamá empezó a hacer un proyecto de danza que se llama A sorbos, le compuse una pieza para piano. Hubo una primera versión que era más larga, no me gustó pero me gustó el principio y eso se quedó en la siguiente versión de la obra.
Piezas terminadas tengo como 50, algo así, pero incompletas creo que hay más (risas).

Pequeñas serenatas

Algunas obras mías que se han presentado en público son las cuatro sonatas para piano, un cuarteto de cuerdas, el arreglo de On the Sunny, un concierto grosso para cuerdas, una sonatina y otras cosas chiquitas. Tengo un maestro en la Facultad de Música con el que siempre estamos platicando, a veces me da un tema y yo hago una fuga con su tema y cosas así y luego me ha dicho que quiere estrenar mis obras, entonces se las paso. Él, desde el clavecín, dirigió el concierto grosso. Le pedimos a unos amigos de la Facultad que tocaran el cuarteto de cuerdas y lo tocaron ellos y después lo grabó el Cuarteto Chroma, está en YouTube. Las sonatas las han tocado mi maestro, Leonardo del Castillo; Francisco Cruz, un pianista que toca jazz y clásico, Fabrizzio Vargas y yo.
El maestro Orvil Paz, que es el director de la Orquesta de Guitarras de Xalapa, era mi maestro en la Facultad de Música y una vez me invitó a tocar con la orquesta y me dijo que si quería componer algo, yo había compuesto una sonata para flauta y continuo, la adapté para tocarla con esa orquesta y quedó como un concierto para flauta y orquesta de guitarras.

El piano bien temperado

Yo creo que el piano es lo que más me gusta porque puedo tocar muchas cosas a la vez, ahí puedo probar si lo que compuse suena bien porque, por ejemplo, un instrumento como la flauta no tiene la posibilidad de tocar ni dos notas al mismo tiempo. Me gusta mucho tocar la flauta pero siento que en el piano se puede hacer mucho más, no es que diga que la flauta sea un instrumento menos capaz, incluso, como sonoridad, en varios casos me gusta más que el piano pero hablando de capacidad, creo que prefiero el piano la mayoría de las veces.
Lo que más he escuchado, y creo que lo que más me gusta, es la música antigua, de esta época que te digo, barroca y clásica. También me gusta la música romántica, hace poco descubrí a Mendelssohn, nunca había escuchado realmente con atención sus obras y últimamente creo que ha sido de mis compositores favoritos, de lo que más escucho casi siempre junto con Mozart y sus contemporáneos.
Me gusta mucho, sobre todo, buscar compositores que no son famosos, que están por ahí perdidos pero tienen la misma calidad de música. A veces me meto al IMSLP (The International Music Score Library Project, también conocido como Petrucci Music Library) para buscar partituras y ahí encuentro las obras, no es que ahí esté todo pero sí hay muchas cosas y hay varios compositores que no están tan introducidos en el repertorio de la música clásica porque en la escuela te dicen, si vas a tocar clásico, toca Mozart o Haydn; no puedes tocar cualquier otro compositor y a mí también me gusta poner obras en mi repertorio de piano que no sean de compositores famosos.

(CONTINUARÁ)







PRIMERA PARTE: Preludio
TERCERA PARTE: Vuela el pensamiento, libre
VER TAMBIÉN: Conversación con Emiliano Dorantes Meseguer │ Avance

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