Quizá la primera sorpresa que se llevaron los policías que detuvieron a Javier Duarte de Ochoa, es que el sujeto no iba disfrazado de nada. Es decir, no traía barba, peluca o vestimenta de sambero brasileño; tampoco está delgado como se llegó a decir y mucho menos muerto.

El ex gobernador está muy bien maiceado y en aparente buen estado de salud. Y a pesar de que por cinco minutos quiso confundir a las autoridades guatemaltecas, si de algo iba disfrazado Javier Duarte era de Javier Duarte.

Con los resabios de soberbia y autoritarismo que aún le quedan, fue el ex gobernador quien condujo a sus captores a la salida del hotel donde lo aprehendieron. Y no éstos a él.

Javier fue flanqueado por dos elementos de la Interpol de Guatemala que, por su modesta vestimenta, en nada se parecen a sus pares de Inglaterra, Francia o Estados Unidos. Pero eso sí, resultaron muy efectivos.

La noticia la recibí en un restaurante xalapeño mientras los comensales (en su gran mayoría turistas), veían por televisión los infructuosos esfuerzos del América y el Querétaro por horadar la portería rival.

Alguien le cambió al canal y hasta los meseros prorrumpieron en gritos de júbilo cuando se dio a conocer la detención del hombre más odiado y detestado de Veracruz.

Sin proponérselo, Javier Duarte entró a la competencia electoral en el mismo momento en que lo apañaron. Y no sólo a favor de los candidatos del PRI en Veracruz, sino a favor del priismo nacional.

Por donde se le mire, su captura levantará los bonos del alicaído partido y de sus candidatos, aunque no de todos. En Veracruz son varios los que no pueden ocultar el fuerte tufo a duartismo que despiden por los poros.

Pero hay que insistir en las paradojas del PRI que primero hace gobernadores a sujetos que se convierten en ladrones, y luego los persigue y entamba para ganar votos electorales.

¿Qué tanto hablará Duarte cuando esté frente a sus carceleros en México?

Exactamente lo que el Sistema le ordene que declare; ni una palabra más, ni una palabra menos.

No está en posición de exigir. Sabe que si se va de la lengua el Sistema que lo hizo gobernador lo despedazará. Así que por el bien de él y de su familia bailará al son que le toquen.

Detrás de Duarte caerán algunos diputados federales y locales, varios ex colaboradores y puede que hasta su esposa. En ese renglón no la pasará solo en prisión.

Algo que hay que reconocerle, es que su aprehensión le dio un empujón hacia arriba a la industria periodística tan vapuleada los últimos años. En Veracruz por ejemplo, volaron hasta los pasquines que generalmente no se venden.

El sentir de los veracruzanos que fueron saqueados, engañados, secuestrados y asesinados durante el malhadado sexenio duartista, lo vi reflejado en un hombre que tras mirar los encabezados en un puesto de periódicos soltó la rabia contenida: “¡Así te quería ver, hijo de la gran puta! ¡Así te quería ver!”.

Gabriela va por Tuxpan

Es cuestión de formalismo mediático, es decir, sólo falta el anuncio oficial para que Gabriela Arango Gibb sea postulada candidata a la alcaldía de Tuxpan por la alianza PRI-PVEM.

Ésta, fue una nominación a la que los priistas le dieron muchas vueltas por el empeño del actual presidente municipal, Raúl Ruiz Díaz, y del diputado federal, Alberto Silva Ramos en imponer a Francisco Arango Graña como abanderado.

Por semanas la lucha por la joya de la zona norte fue sorda y dura. El PRI junto con Ruiz Díaz y Silva Ramos quisieron imponer su voluntad, pero fallaron ante la tenacidad de Gabriela que nunca cedió un ápice a sus pretensiones de ser candidata de la alianza… y triunfó.

Al final la ex diputada local también puso de su parte y Francisco Arango irá en su planilla como candidato a regidor. Y todos en santa paz.

bernardogup@nullhotmail.com