Aunque la imagen que predomina del senador priista José Yunes Zorrilla es más la de político que la de tecnócrata, pero ni duda cabe que el legislador oriundo de Perote es un gran conocedor de las finanzas públicas. No es fortuito, pues, que presida la Comisión de Hacienda en la Cámara alta del Congreso de la Unión.

Yunes Zorrilla, como en su momento quedó registrado, advirtió oportunamente desde hace dos años acerca del déficit de aproximadamente 800 millones de pesos mensuales que comenzaba a generar serios problemas de liquidez a la administración estatal anterior, por lo que recomendó hacer fuertes ajustes al gasto corriente.

Y hace casi cuatro meses, a mediados de diciembre pasado, el senador del PRI también expuso con gran sensatez que no era una buena idea la desincorporación fiscal que el gobernador Miguel Ángel Yunes estaba planteando, sugiriéndole que lo más recomendable era hacer una reestructuración de la deuda pública, que en ese entonces oscilaba en los 42 mil millones de pesos.

Pero en vez de ser bien recibida, la acertada propuesta del priista sólo provocó exabruptos del iracundo mandatario del PAN, quien tajante declaró que “no comparto la opinión del senador Yunes ni en la forma ni en el fondo”.

“El senador Yunes Zorrilla, quiero ser muy preciso, él defiende al secretario de Hacienda (José Antonio Meade) que es su compadre y por eso vino con un discurso agresivo, grosero; que además de sumarse al interés y a la demanda de los veracruzanos para que el gobierno federal aporte recursos y se resuelva esta crisis, él lo que plantea, el senador Yunes Zorrilla, por instrucciones de Meade, porque por eso vino, es que pidamos créditos de largo plazo y que sigamos endeudando a los veracruzanos. Eso no lo voy a hacer, si pedimos un crédito será de corto plazo y lo liquidaré durante mi administración y nada más”, reiteró Yunes Linares a los reporteros en el aeropuerto de la ciudad de Veracruz.

Sin embargo, el tiempo y el mismo gobernador de Acción Nacional terminaron dándole la razón a Pepe Yunes. Hace tres semanas, el 17 de marzo, el mandatario panista expresó estar “feliz de la vida” porque ese día 38 de los 50 diputados del Congreso local habían aprobado la reestructuración de la deuda pública, que para entonces ya se había incrementado a 46 mil millones de pesos.

“Aprecio mucho a los diputados y diputadas de Acción Nacional, del PRD, del PRI, del Partido Verde, del Grupo Mixto, el que hayan comprometido su voto con este proceso indispensable para empezar a estabilizar las finanzas públicas de Veracruz”, dijo Yunes a su llegada al Centro Estatal de Cancerología “Dr. Miguel Dorantes Mesa”, donde inauguró con el secretario de Salud, José Narro, la unidad de radioterapia.

Soslayando la descalificación que tres meses atrás había hecho a Yunes Zorrilla, el jefe del Ejecutivo reafirmó sentirse congratulado por el apoyo del Congreso al aprobarle la reestructuración de la deuda pública, puntualizando que era una expresión de que en la entidad se vive y se da realce a la democracia.

Este jueves, entrevistado sobre la situación financiera de su administración, el gobernador refirió que la Legislatura autorizó iniciar con la banca comercial la reestructuración de la deuda, pero que los trabajos de esta renegociación se llevarán alrededor de seis meses.

Si desde diciembre Yunes Linares hubiera hecho lo que el senador priista le recomendaba, no se hubiera llevado casi la mitad de su bienio para concretar esta reestructuración que como él mismo ahora lo reconoció, era “indispensable”.

Taxistas acusan ‘negociazo’

Por cierto, en diciembre, cuando se negaba a reestructurar la deuda, el gobernador Yunes Linares también rechazó que fuera a crear nuevos impuestos.

“Lo hemos estado analizando, tenemos dos días en Palacio de Gobierno con funcionarios de la Secretaría de Finanzas, con un grupo de asesores analizando la solución posible a la crisis pero ninguna pasa, ninguna de estas propuestas de solución pasa por cobrarle más impuestos a los veracruzanos”, declaró en esa ocasión el panista, quien añadió que unos días antes se había reunido con prestadores de servicios turísticos, los cuales le habían planteado restablecer el Impuesto al Hospedaje que ya existió y que estaba vigente en prácticamente todas las entidades que tienen turismo importante, como Guerrero y Quintana Roo. “Lo proponen porque es un impuesto que ellos mismos administrarían para promocionar el turismo en Veracruz”, dijo Yunes, quien resaltó que dicho gravamen no afectaría a los veracruzanos sino “que lo pagan las personas que vienen a Veracruz”.

Sin embargo, los taxistas están que trinan porque ahora, con el programa de regularización y reordenamiento del transporte público que acaban de imponer, tan solo para obtener el papel o calcomanía de dicho programa tienen que pagar 800 pesos por registrar al conductor, y por cada unidad reordenada el costo es de 1,500 pesos.

El enojo de los ruleteros es también porque este programa millonario le ha sido concesionado a una empresa privada, como si la Dirección de Tránsito y Transporte del estado o las secretarías de Seguridad Pública y de Finanzas y Planeación no tuvieran personal suficiente para realizarlo.

Según datos oficiales que dio Yunes Linares, actualmente circulan 80 mil 846 taxis y 13 mil 195 autobuses de  transporte urbano en el estado.

Los taxistas nos piden formular las siguientes preguntas: ¿Por qué no se licitó esta concesión? ¿Quién será el beneficiario y con cuánto se debe estar “mochando” por haber recibido este negociazo que –irónicamente dicen– no se le ocurrió ni a Javier Duarte?