Con un gobernador que está más preocupado en generar cortinas de humo mediante la detención de personajes como el exgobernador interino Flavino Ríos Alvarado, y un fiscal general que ofrece descuentos en la compra de pizzas a quien le haga “bulling” (sic), mientras recibe el repudio de familiares de desaparecidos porque al gobierno para el que trabaja lo que menos le importa es combatir la impunidad y restituir la justicia, ya podemos anticipar lo que el destino le depara a los veracruzanos en los siguientes dos años. Y no es positivo.

Cada vez es más difícil encontrar un orden en las acciones del gobierno veracruzano. Aún los más decididos seguidores del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares (los que conformaron el tercio de electores que lo llevaron al triunfo) tienen serias dificultades para mantener su confianza en que las cosas están encauzándose por la vía del cambio, y quienes se consideran ‘yunezombis’ utilizan la demagogia y el ataque a los contrarios para justificar lo poco que se ha logrado en los primeros 100 de 730 días de gobierno.

Mientras no conecte de hit, mientras no calme las agitadas aguas de la violencia, en tanto no se observe una obra pública terminada (incluso si es de las inconclusas de Duarte o Fidel), mientras el apoyo a la mejora del sector Salud no sea cuestionado por la falta de los mínimos requerimientos (como alimentar a los pacientes hospitalizados), o no se vea que hay un gobierno trabajando y no a un solitario gobernador haciendo todos los papeles (desde Fiscal hasta policía), muy difícilmente recuperará la confianza que paulatinamente ha ido perdiendo conforme han pasado los días.

El acto de detener el sábado a quien le entregara el mando, a falta del gobernador constitucional que ya andaba de pelada, suena –como el mismo Flavino dijo– a caja china, es decir, a una mascarada que permite distraer a la opinión pública de asuntos de mayor peso, en el que es posible que no sale bien librado. La causa que se le sigue al minatitleco es por haber ayudado a Javier Duarte de Ochoa a escapar en una aeronave propiedad del Gobierno del Estado. Lo cierto es que ese viaje, en caso de haber sido autorizado por el exgobernador interino, se dio antes de que la PGR emitiera la orden de aprehensión contra Javier Duarte.

Flavino tendría que responder por otros hechos, como el de haber ordenado que las fuerzas del orden arremetieran salvajemente contra los pensionados que protestaban porque no se les entregaban sus pensiones; por no haber atendido debidamente a los grupos sociales o, incluso, por no haber calmado a varias organizaciones sociales del propio sistema que afectaron durante su paso por la Secretaría de Gobierno y como gobernador interino a los xalapeños.

De la nada, ha surgido esta acción que ha causado malestar entre dirigentes políticos, como el propio Dante Delgado Rannauro, dirigente de Movimiento Ciudadano, quien tras terminar su gestión como gobernador sustituto, fuera encarcelado por el gobierno de Patricio Chirinos, en que Yunes Linares era secretario de Gobierno. Dante puso en su cuenta de Twitter: “Aberración jurídica la detención de Flavino Ríos. En lugar de gobernar Yunes prefiere circo y actos de pirotecnia. Cortado por la misma tijera”.

El dirigente nacional del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, de gira por Veracruz, calificó como un acto de “propaganda” la detención de Flavino Ríos y cuestionó cómo por un lado se detiene al exdiputado local y por el otro el PAN da cobijo al excontralor Ricardo García Guzmán, quien ahora busca la candidatura de la alcaldía de Pánuco”.

En Coatzacoalcos, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares aseguró que su gobierno está cumpliendo el compromiso de que no haya impunidad, y puso como ejemplos la detención del exgobernador interino Flavino Ríos Alvarado y del exsecretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, además de que el exdirector del Seguro Popular, Leonel Bustos Solís, se encuentra sujeto a proceso. “En la decisión de proceder, está el compromiso de no admitir impunidad”, dijo Yunes Linares, mientras que ante la exigencia de dar con los desaparecidos y castigar a los culpables, su gobierno se achica y, de nueva cuenta, avienta la bolita para atrás, como si por el hecho de no haber sido en su año, no debe causarle daño..

Incluso descartó la destitución del fiscal Jorge Winckler Ortiz por las críticas de los colectivos de desaparecidos, que desaprueban su trabajo así como su falta de sensibilidad en torno a este tema. Incluso pidió a los desesperados familiares de desaparecidos no politizar estos temas.

Justicia selectiva, sin lugar a dudas.

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