El pasado martes, aparentemente sin que viniera al caso, el periodista Ciro Gómez Leyva dijo en su noticiero de televisión que una de cada dos conferencias de prensa que ofrece el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, se la dedica a su enemigo favorito: Javier Duarte de Ochoa.

A renglón seguido su equipo de producción pasó una serie de videos donde el choleño tiene a Duarte como tema principal.

Inmediatamente después entró a cuadro David Páramo que antes de hablar de las finanzas, dijo: “Los veracruzanos se preguntan ¿cuándo se va a poner a gobernar Yunes Linares?”.

Alguien me dijo que los periodistas lanzaron el carambazo porque el Grupo Imagen no tiene convenio con el gobierno de Veracruz como lo tienen El Universal y Reforma y puede que tenga razón.

Pero independientemente de lo anterior, Ciro y David hablaron con la verdad. Javier Duarte se ha convertido en la obsesión de Miguel Ángel y en una de esas ha de ser parte sustantiva de sus pesadillas.

Más que a gobernar, Yunes se ha dedicado a dar golpes mediáticos y todos sin excepción han tenido que ver con el prófugo, mientras la entidad se va a pique por la inseguridad.

Para nuestra desgracia dos de cada tres muertes violentas son producto del crimen organizado. Y prácticamente no hay día en que no nos enteremos de un asesinato, un secuestrado, un decapitado o un embolsado.

Veracruz vive en la antesala del infierno, pero para Yunes Linares lo más importante es hacer labores de sabueso policiaco. Y cuando no es con Duarte, el pleito es con los alcaldes, los periodistas y los demás “ignorantes” que tiene Veracruz.

El gobernador va a todas.

Más tardó Andrés Manuel López Obrador en decir que es una burla que pretenda imponer a su hijo Fernando como candidato a la alcaldía de Veracruz, que Yunes en acusarlo hasta de desequilibrado.

Carajo ¿qué es eso?

Ponerse en plan de verdulero contra quien sea, es faltarse al respeto y faltarle al respeto a la investidura que representa.

Un buen gobernante no tiene por qué liarse verbalmente con quienes lo critiquen o no piensen como él.

Pero decirle eso a Miguel Ángel es inútil.

Con sus desplantes y arrebatos le está dando la razón a quienes lo califican de intolerante. Además, está haciendo pedazos el poco capital político que le queda y como consecuencia, también le está pegando a su partido.

Las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina y el choleño no ha sabido capitalizar para él, su gobierno y el PAN, el descontento popular que hay contra el PRI.

No tiene por qué hacerla de fiscal de Duarte ni tampoco entrarle al vómito verbal con sus oponentes. Debe dedicarse a gobernar y punto.

No deja de ser penoso y vergonzoso que a dos meses y medio de su gobierno, los panistas ya tiemblen cuando habla su gobernador.

La catarata de epítetos que le soltó a López Obrador no tenía razón de ser porque por donde se le mire, el ganón fue el tabasqueño que además dijo la verdad. ¿O acaso no va Fernando como candidato del PAN a la alcaldía de Veracruz?

¿Acaso no irá su hijo Miguel Ángel como candidato a la gubernatura el próximo año?

Entonces ¿por qué entrar en un pleito tan torpe?

En el caso de los jóvenes Yunes Márquez, siempre he pensado que Fernando es más inteligente que su hermano mayor, Miguel Ángel. Y creo que no estoy errado.

Fernando sabe que su triunfo es casi seguro si busca la alcaldía porteña y esperará tiempos mejores para ir por la gubernatura. En cambio a Miguel Ángel junior lo van a barrer si pretende suceder a su padre en los comicios del 2018.

PD.

Qué mal se vio AMLO al decir que los colegas reporteros están maiceados por Miguel Ángel Yunes, porque eso es falso. Miguel Ángel no le da agua ni al gallo de la pasión. El Peje debería cuidar sus palabras y no ser arrogante ni grosero con quienes cubren, a veces por un sueldo miserable, las actividades de sujetos como él.

bernardogup@nullhotmail.com