Su experiencia en Xalapa es el tema de esta segunda parte de la conversación con Jenny Beaujean.

Different Ways

Cuando tenía 18 años vine a Xalapa a cantar con Densidad 6 en festival JazzFest que organizaba Javier Flores, también vine con Magos [Herrera], vinimos un par de veces con Beaujean Project, mi hermana tomó el primer diplomado de JazzUV, se vino a vivir acá y yo venía a visitarla, en fin, Xalapa es parte de mi vida. Hace cinco años, un percusionista que se llama Miguel Cruz, que era director de JazzUV en esa época, consiguió mi teléfono con alguien que conocía a alguien, ya sabes, y me llamó, fue súper chistoso porque me dijo:
¿Quieres venir a dar clases a JazzUV?
-Déjame ver mi agenda…Podría lunes, martes y la mañana del miércoles
-Bueno, sí
-Perfecto
Y ya me vine (risas)
A mí me gusta muchísimo enseñar, ya llevaba cuatro años dando clases particulares de canto pero no estaba interesada en ser docente o estar en un lugar fijo, cuando Miguel me llamó dije bueno, nada pierdo y es una experiencia nueva, conmigo han sido muy compartidos los demás y creo que es mi obligación compartir lo que sé, mucho o poco, no sé, pero al menos sé que lo hago con muchísimo cariño y muchísimo respeto. Me gustó esa idea de poder compartir con las personas que quieran acercarse al jazz y también creo que el estudio del jazz se está formalizando, lo cual está muy bien, pero todavía no tiene un camino definido entonces tienes muchas, muchas posibilidades para poder enseñarlo.
Finalmente llegué acá, todo fue como en una semana, vine a firmar el contrato y todo eso y me quedé. Cuando los alumnos entraban al salón decían:
-¿Y la maestra?
-Yo soy la maestra (risas), era muy gracioso
En ese entonces tenía 25 años, soy traga años, ahorita tengo 30 y estoy en mi punto (risas). Solo tenemos dos cosas aseguradas (por eso no me da pena decir mi edad) si no envejecemos, vamos a morir, punto. Yo siento que la edad no tiene nada que ver, más bien los medios y muchas personas, que no entiendo qué tenían en la cabeza, lo han hecho un tabú.

Yo quiero blues de luna…

Jeanny Beaujean con el trío de Paquito Cruz

Paquito Cruz tenía un grupo con Marianita [Flores Zeleny] y Chucho [Jesús Rodríguez Alarcón], me invitaron a cantar con ellos y fueron mi oasis xalapeño, sin ellos me hubiera vuelto loca porque no tenía mucho tiempo para hacer música, cuando me invitaron me sentí parte del proyecto y eso me salvó porque para mí hacer música es algo muy importante, es como mi día a día, como mi pan, me gusta crear. Además me gusta mucho experimentar mi propia voz con otras personas, con otros proyectos distintos, yo no cantaba latin y me hicieron cantar, por ejemplo, boleros y cosas así que yo había cantado, en realidad, por dar gusto a los demás pero en con ellos las canté porque me gustó a mí y creo que eso me abrió mucho el panorama respecto a la música que se estaba haciendo aquí. A Marianita ya la conocía por mi hermana, somos de la misma edad, ya éramos amigas de muchísimo antes y tocar con ella fue increíble, tocar con amigos siempre es delicioso.
Estando aquí también canté con Édgar Dorantes, con la Big Band de JazzUV, con un trío que tenían Jorge [Tirado], Aleph [Castañeda] y Tavo [Bureau]. También me tocó hacer música con los alumnos porque cuando no tenía clases, me iba a escuchar los ensambles y a veces cantaba con ellos, iba a las jam, trataba de estar más activa o compartiendo más.
Me encanta Xalapa pero fue un poco difícil acostumbrarme al clima y fue muy pesado porque yo pasaba en el salón de nueve de la mañana a nueve de la noche, con una hora para la comida, y después de eso llegaba a México a trabajar en el programa de radio los miércoles, jueves y viernes intentaba hacer música, es muy difícil hacer música esos días, el sábado tocaba y el domingo regresaba a Xalapa para volver a la rutina. Estuve dos años así y me regresé.

(CONTINUARÁ)

PRIMERA PARTE: Las dos alas
TERCERA PARTE: Nadar en el aire




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