Raúl Ramos Vicarte, ex presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, tronó este miércoles contra el tricolor; habló de parálisis partidista e, incluso, de arterioesclerosis en las dirigencias nacional y estatal.

El diagnóstico que hace Ramos Vicarte del partido no podría ser más dramático cuando estamos en el proceso para la renovación de los 212 ayuntamientos veracruzanos.

Si el PRI fuera un enfermo, su ex dirigente habla de un padecimiento sumamente grave, cuyos síntomas son debilidad, parálisis, adormecimiento, confusión, dificultad para hablar o entender, problemas para respirar, mareo y pérdida de conocimiento.

La arterioesclerosis es una enfermedad cuyo tratamiento es complicado porque no existen medicamentos que signifiquen una cura. Dicho padecimiento puede desencadenar problemas con lar arterias coronarias y las carótidas; es decir, ataques cardiacos y cerebrales.

En el puerto de Veracruz, los reporteros abordaron este jueves a Raúl Ramos, quien fue inusualmente crítico con el PRI y particularmente duro con sus dirigentes nacional, Enrique Ochoa Reza; y estatal, Felipe Amadeo Flores Espinosa.

Se pronunció por una “sacudida dirigencial” al interior del tricolor. “No se trata de las expulsiones comunes y corrientes que se están haciendo, sino de ver para arriba… ver qué están haciendo los comités nacional y estatal”. En ese contexto, sostuvo que existe una parálisis interna en las dirigencias, lo que le hace mucho daño al Revolucionario Institucional; “no se han dado cuenta nuestros dirigentes que el proceso (la elección municipal en Veracruz) ya comenzó…”.

Lo malo, subrayó, es la actitud de la dirigencia; “no están dirigiendo al partido y esto pareciera que es una consigna en contra del propio partido; yo estoy muy molesto, como ex presidente del Comité Directivo Estatal, como consejero del partido, porque no están haciendo lo correcto”.

Para Ramos Vicarte, a quien le ha caracterizado más la mesura, la actitud institucional, que la declaración estruendosa, el Comité Ejecutivo Nacional del PRI está sordo; resume: “mira en qué fecha estamos y no tenemos delegado nacional; el dirigente estatal, por otro lado, está anquilosado; creo que se trata de un esquema de arterioesclerosis política lo que tenemos en el partido; hace falta reforzarlo con una actitud autocrítica”. 

La parálisis del PRI veracruzano

Dijo que Ochoa Reza no cuenta con experiencia política y que, en el ámbito estatal, Felipe Amadeo Flores, aunque sí la tiene, parece que sufre arterioesclerosis.

Recordó, por otro lado, que la ratificación de Flores Espinosa como dirigente estatal fue impugnada por algunos militantes; “creo que la decisión de dejarlo debió haber sido consensuada con las bases; ya no estamos en la época en que la dirigencia del partido deba ser designada por los gobernadores y por la presidencia de la República; estamos en un estado donde somos oposición; y a nivel nacional, aunque somos gobierno, el CEN no está dirigiendo al PRI”.

Alertó que si los dirigentes del partido fundado en 1929 no entienden la realidad política de Veracruz, “estaremos condenados a perder el proceso electoral de 2017… porque, además, el tiempo se nos está pasando”.

Asimismo, Ramos Vicarte fue cuestionado sobre la expulsión de militantes del partido; destacó que si bien hay algunos casos de priistas que podrían ser echados del tricolor, “otros se van a ir porque el PRI no se está moviendo…  en mi calidad de consejero, invitaría a las dirigencias nacional y estatal a que reflexionen y hagan una sacudida honorable, seria y vertical; que no asuman una actitud acobardada”.

En ese contexto, apuntó que parece que el CEN le tiene miedo a las expulsiones de diputados federales; pareciera que la única consideración es que representan votos en el Congreso; hay que recordarles a los dirigentes que hay suplentes… parece que no tocan a los diputados señalados por actos de corrupción simplemente porque tienen fuero.

Alcaldes buscarán reunión con Ochoa Reza

En el marco de la elección municipal del presente año, lo peor para el PRI en Veracruz no es la opinión de Ramos Vicarte, muy válida por tratarse de un ex dirigente estatal, sino el hecho de que frente a la inercia del voto en contra, no se ven acciones para reposicionarse en el ánimo de los electores.

Acción Nacional se fortalece luego de la victoria del año pasado; Morena ha consolidado su fuerza y, mientras eso ocurre, la dirigencia priista parece que sigue lamiéndose las heridas, como esperando que por arte de magia los veracruzanos crucen en las boletas electorales el logotipo tricolor; eso, sin embargo, no ocurrirá por el enorme desprestigio que enfrenta el PRI y por el descontento social como consecuencia de las alzas en los precios de las gasolinas, el gas LP, y la energía eléctrica.

Por cierto, nos comentan que un nutrido grupo de alcaldes priistas veracruzanos se trasladará a la Ciudad de México para plantear al CEN del partido la necesidad de recomponer el rumbo, si se pretende competir con probabilidades de éxito en el proceso del presente año. Se trata del mismo grupo con el que Ochoa Reza se habría negado a dialogar, durante su reciente visita al puerto de Veracruz. @luisromero85