El gobernador Miguel Ángel Yunes Linares debiera pasar al escenario de los hechos lo más pronto posible, si no quiere que el bono de simpatía y solidaridad de los veracruzanos se vaya extinguiendo incluso antes de que termine el año.

Su conferencia de prensa del lunes, en que explicó que será ese el talante de su política de comunicación social (centralizada en su persona), aportó muy buenos datos sobre el desastre financiero que vivimos pero no dijo nada distinto y tampoco cuál sería el camino para resolver los problemas financieros más urgentes y apremiantes.

Sí, sabemos que todo esto ha sido causado por la acción de la delincuencia organizada que encabezaron en los últimos 12 años Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa; sí, también que Enrique Peña Nieto fue cómplice en los hechos pues, teniendo la información a la mano sobre los ominosos desvíos que ocurrían con Duarte, no hizo absolutamente nada para evitarlos, si no quería meter a la cárcel a su amigo.

Coincidimos con él en que es necesario que el gobierno federal venga a rescatar a Veracruz, que le tienda la mano y le acerque recursos. Pero los funcionarios federales han reiterado que no lo van a hacer. Lo que resta es agarrar al toro por los cuernos. El propio secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, ha sugerido tomar adelantos en las participaciones federales de 2017 y lograr créditos inmediatos para salvar el año.

Si, como creemos, no habrá corrupción en su gobierno, nunca como en el primer ejercicio fiscal de su gobierno se podrá apreciar lo que se puede hacer con los más de 100 mil millones de pesos del presupuesto anual, y ya se verá cómo, juntos, presionamos con todo a Peña Nieto para que asuma su responsabilidad.

Es claro que Yunes Linares no optará por romper con el pacto federal en materia fiscal porque su proyecto político no concluye en 2018 con el término de su gobierno; todos sabemos que apuntará a la sucesión presidencial, aunque no le dé tiempo para construir una candidatura. Es muy seguro que, de recuperar el PAN la Presidencia de la República en dos años, Miguel Ángel se incorporaría a un puesto muy importante en el gabinete.

Sin embargo, no podemos descartar esa medida de emergencia. En Coatzacoalcos, este martes, Yunes Linares habló de que su gobierno analiza la posibilidad de iniciar un proceso de desincorporación fiscal ante la respuesta negativa de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) a la emergencia financiera de Veracruz.

Y se quejó que, mientras a Veracruz se le niega toda ayuda, a Oaxaca le fueron autorizadas más de 3 mil 300 plazas incorporadas a la nómina federal así como cantidades multimillonarias al Estado de México para obras. Cámaras de vigilancia y medio ambiente. “Los veracruzanos tenemos el mismo derecho que tienen los habitantes del Estado de México a participar de los recursos del Gobierno Federal, vamos a exigir que esto se cumpla”.

Por lo pronto, metió ruido con el sector magisterial, reiteró su voluntad de ir contra los que robaron a Veracruz y ofreció adelgazar el gasto corriente. Entre las acciones que señaló el lunes para enfrentar la situación, se encuentran:

-Proponer al Congreso local que revise y modifique el presupuesto aprobado para 2017, pues el aprobado contempla un gasto corriente de 57 mil millones de pesos, cuando la realidad es que solo se contaría con 36 mil millones: aquí deberá corregirse un déficit de 21 mil millones.

-Solicitar a la Fiscalía estatal la creación de un área encargada de investigar, detener a responsables, promover sanciones y recuperar bienes vinculados con los casos de corrupción;

-Depurar las nóminas para terminar con los casos de aviadores o de personas que cobran sin trabajar, además de acabar con duplicación de funciones:

-Reducir radicalmente los viáticos y gastos de representación de funcionarios estatales; aquí se incluye la medida de limitar la transportación aérea de funcionarios a funciones sustantivas.

-Reducir significativamente el gasto en Comunicación Social (lo que significará modificar el techo contemplado en la iniciativa del presupuesto de egresos presentado por el anterior gobierno).

-Y no utilizar Casa Veracruz, que representó con Javier Duarte un costo anual de 60 millones de pesos, es decir, 5 millones de pesos mensuales para mantenimiento de la casa y oficinas del entonces gobernador, hoy prófugo de la justicia.

Todo esto tendrá efectos el año que entra. Lo que urge es cómo va a terminar este funesto 2016.

Se están metiendo con la gente equivocada

Cuando empiecen a caer en la cárcel, realmente (no en el discurso tronante y casi bíblico del mandatario veracruzano), los empleados y funcionarios que no solo estuvieron ligados a Duarte por un contrato laboral sino que se metieron con la lana pública, y aquellos empresarios viejos o improvisados que se beneficiaron de la corrupción, podremos creer que habrá justicia en Veracruz y se estará atacando la impunidad.

Mientras tanto, sigue siendo una muletilla que da buenos resultados intercalar mientras se dan las peores noticias, como ocurrió con la conferencia de prensa ofrecida por el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, el mismo lunes en que los xalapeños sufrimos uno más de los días caóticos a los que nos tenía acostumbrados Javier Duarte y su sustituto Flavino Ríos Alvarado, cuando hasta los hijos del entonces gobernador electo se aventaron a tomar el Palacio de Gobierno y la Casa Veracruz.

En toda la estructura gubernamental, a partir del 1 de diciembre, los miembros del gabinete legal y ampliado llegaron con espadas desenvainadas y afiladas, y empezaron a cortar cabezas; pero no crea que sólo se dirigieron a los puestos altos, medios y bajos de la estructura burocrática, que es lo normal en estos cambios de gobierno, para meter a los cuates, a los militantes del partido, a los miembros del grupo. Sobre todo, rompieron de tajo, sin explicación y sin promesa de liquidación, la seguridad laboral de muchos veracruzanos que ni la debían ni la temían.

Y eso es muy paradójico, Buena parte de los que fueron (y son) tratados con la punta del zapato, que no tuvieron siquiera el derecho de audiencia para conocer las razones de sus despidos, que casi les amenazaron con que si demandaban ante autoridades laborales les serían investigadas sus trayectorias hasta hallarles alguna infracción para llevarlos a juicio, fueron los más entusiastas del cambio, los que filtraron información de los desmanes hechos por los duartistas, los que promovieron el voto a favor de Miguel Ángel Yunes Linares.

Lo más grave es que muchos de ellos fueron los que realmente hicieron el trabajo en las dependencias en la época del prófugo criminal, muchas veces poniendo de su bolsillo cuando debían salir de comisión fuera de la ciudad, porque no había viáticos para transporte, comida y hospedaje, pero sí la obligación de hacerlo, so peligro de perder el empleo.

¿Y qué recibieron del gobierno del cambio? Literalmente, una patada por el culo. Los nuevos no se pararon a conocer antecedentes, si eran honestos o simples defraudadores; si cumplían cabalmente sus funciones o solo pasaban a cobrar la quincena, si manejaron dinero de la dependencia o el jefe les pedía mochada para que pagaran su derecho a tener un puesto de trabajo. No. Se actuó parejo.

Y quienes aún conservan su chamba, cada día deben soportar el desdén, el maltrato, la grosería y la estulticia de quienes, para colmo, ni siquiera saben qué carajos van a hacer en sus oficinas, porque no hay dinero ni para sus sueldos-

Poco a poco empiezan a conocerse casos, como los 12 trabajadores del área de comunicación del DIF estatal, a quienes nunca recibió Elías Assad para explicarles la razón de su salida, mientras los cargos de esa dependencia fueron copados por poblanos; en Procuraduría Estatal de Protección al Medio Ambiente, los nuevos funcionarios encabezados por el abogado Ricardo Colorado Alfonso, de inmediato corrieron a los mejores técnicos con que cuenta Veracruz, tan buenos que de inmediato hallaron empleo.

¿Cuántos aviadores han encontrado en las dependencias? No lo sabemos. En ello ha insistido Enrique Pérez Rodríguez, secretario de Educación, pero no ha dicho si los ha encontrado y si los ha llevado a juicio; también el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, Sergio Hernández Hernández, ha alertado de su existencia en el Poder Legislativo. Pero ni con un juego de Pokemon GO se ha logrado a atrapar al primero.

Lo mismo sucede con los que le robaron a  Veracruz. No los atrapan. Cuando quieran hacerlo estarán demasiado lejos. Tal vez por eso hay tanta saña contra los desamparados burócratas, muchos de los cuales ni siquiera entraron con Fidel o Javier, sino mucho antes.

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