Hace poco más de un año, en octubre de 2015, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, Inegi, daba a conocer que el 68 por ciento de la población mayor de 18 años consideraba que vivir en su ciudad era inseguro; 73 de cada 100 encuestados dijeron que fueron testigos de consumo de alcohol en las calles; 66 por ciento, de robos y asaltos; y 57 por ciento, de actos vandálicos.

Tres meses antes, en julio de 2015, el mismo ejercicio estadístico del Inegi estableció que 62 por ciento de los mexicanos tuvieron la necesidad de modificar sus conductas; por ejemplo, evitar llevar cosas de valor como joyas, dinero o tarjetas de crédito en la vía pública.

Es un tema que se relaciona con los índices delictivos y con la percepción social; la gente no confía en los cuerpos policiacos.

Veracruz es uno de los estados con la mayor incidencia delictiva del país. Durante 2015, por ejemplo, en la entidad se cometieron más de 45 mil 500 delitos; casi 18 mil robos; 565 homicidios dolosos; y 97 secuestros.

En los primeros diez meses del presente año, la estadística delictiva en el estado marca una ligera tendencia a la baja en cuanto al número total de ilícitos denunciados; de enero a octubre se registraron poco menos de 35 mil y si la tendencia se mantiene, al finalizar el presente año la cifra se ubicará en poco más de 40 mil, para una reducción cercana al 10 por ciento.

Sin embargo, ese dato resulta relativamente irrelevante y sumamente engañoso porque si bien en un año se logró una reducción en el número total de los ilícitos, en delitos como el homicidio doloso y el secuestro, las estadísticas son alarmantes: de enero a octubre del presente año se asentaron en los ministerios públicos de la entidad 106 privaciones ilegales de la libertad y casi mil asesinatos.

Lo más probable es que de continuar con la tendencia, al finalizar 2016 nos informen que las cifras del asesinato duplicaron a las registradas el año pasado; y que el secuestro tuvo un aumento cercano al 20 por ciento.

Todo ello contribuye a generar la percepción de que los veracruzanos tienen una entidad insegura.  

Veracruz es uno de los estados más complejos en términos del trabajo policiaco: el censo de Inegi en 2010, registró una población de 7 millones 643 mil habitantes. Es el tercero con más municipios, 212, sólo atrás de Oaxaca y Puebla; el de mayor número de localidades en el país, 22 mil 32; y tiene una extensión territorial de casi 71 mil 700 kilómetros cuadrados; además, 8 zonas metropolitanas, lo que complica todavía más el trabajo policiaco.

Por otro lado, de poco ayuda al tema de la seguridad pública el hecho de que Veracruz cuente con cuerpos policiacos tan poco confiables.

Hace casi dos años, por ejemplo, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reveló que la entidad veracruzana encabezaba el ranking de los estados con más policías reprobados en los exámenes de confiabilidad: 47.3 por ciento de los elementos estatales, casi la mitad, no aprobaron, en tanto que 43.5 de los policías municipales tampoco pasaron los filtros de antidoping, polígrafo y pruebas médicas, psicológicas y socioeconómicas.

Policías veracruzanos, ni de panzazo

Este lunes, ante los diputados de la Legislatura del Estado compareció el secretario de Seguridad Pública del gobierno estatal, José Nabor Nava Holguín, quien llegó al cargo en agosto del presente año, tras la forzada salida del ex titular de la dependencia, Arturo Bermúdez Zurita.

El mayor José Nabor Nava reconoció el problema de la inseguridad: “es cierto que los índices son altos y no podemos atender todos los municipios; la percepción de la inseguridad es relativamente alta…”.

De igual manera, el secretario se refirió al tema de la evaluación de los elementos de la corporación; dijo que todos fueron sometidos al proceso de control de finanza, pero que el 27 por ciento resultó reprobado.

Recordamos que hace un par de años, el entonces gobernador Javier Duarte de Ochoa declaró que durante los primeros cuatro años de su administración más de 4 mil policías fueron dados de baja en la entidad, debido a que no cumplieron con los requisitos establecidos en el Sistema Nacional de Seguridad Pública. De esa declaración del ex ejecutivo estatal, hoy prófugo de la justicia, ya han pasado dos años, más de 200 secuestros y mil 600 homicidios dolosos… y las cosas en Veracruz, en materia de inseguridad y violencia, siguen igual o peor que antes.

Cuando faltan dos días para concluir el sexenio, el saldo de la ola delictiva que registra la entidad no podría ser peor: en seis años, de diciembre de 2010 a octubre de 2016, se registraron en Veracruz 4 mil 832 asesinatos dolosos y 608 secuestros. En esa materia, concluye un sexenio de terror en materia de inseguridad. @luisromero85