El cierre de la presente administración, que inició en 2010 Javier Duarte y concluirá en ocho días Flavino Ríos, no podría ser más turbulento: alarmantes niveles de inseguridad y violencia en prácticamente todas las regiones de la entidad; enormes deudas del gobierno del estado; denuncias por presuntos actos de corrupción; y por si fuera poco, un poder ejecutivo paralizado por sus trabajadores.

No hay día en que las instalaciones de la Secretaría de Finanzas y Planeación del gobierno estatal no registren manifestaciones o bloqueos y lo mismo ocurre con la Secretaría de Educación.

En los hospitales y las instalaciones que dependen de la Secretaría de Educación paso algo parecido, con el agravante de que por los retrasos en el pago de la nómina, médicos y enfermeras se han declarado en paro de brazos caídos.

Veracruz vive actualmente días de caos. Por si fuera poco, un enorme problema social podría generarse en los próximos días, justo en el cierre de esta malograda administración estatal, porque los burócratas temen no recibir la última quincena que les corresponde, la segunda de noviembre, a pesar del anuncio del gobernador interino en el sentido de que dicho pago estaría asegurado.

El problema es que dados los recientes antecedentes, los atrasos en el pago de la nómina de las diferentes dependencias del gobierno estatal, los trabajadores al servicio del poder ejecutivo no confían en recibir esa última quincena.

No sólo eso, ente el magisterio veracruzano también existe el temor de que la próxima administración, que será encabezada por Miguel Ángel Yunes Linares, no esté en condiciones de cubrir la parte que le corresponde en las prestaciones de fin de año.

Como se sabe, antes de la reforma educativa, el Fondo de Aportaciones para la Educación Básica (FAEB) cubría a los trabajadores de la educación 40 días de aguinaldo; sin embargo, la negociación del sindicato magisterial en algunas entidades, como Veracruz, establecía 90 días de dicha prestación; lo que ocurría entonces es que el gobierno estatal aportaba los 50 días restantes y así se evitaba el conflicto con los maestros, a costa del enorme déficit financiero que ello ocasionaba.

Luego de la reforma educativa, el Fondo de Aportaciones de Nómina Educativa y Gasto Operativo (FONE) sustituyó al FAEB y con ello, los sueldos y prestaciones de los maestros fueron homologados, de tal manera que la Secretaría de Educación Pública del gobierno federal administra el pago de esa nómina, que incluye las erogaciones por remuneraciones; en pocas palabras, la Federación se encarga ahora de los sueldos y las prestaciones autorizadas, los impuestos y las aportaciones de seguridad social.

Ese cambio que implicó la reforma educativa provocó la mayor resistencia del magisterio, debido a que la prestación oficial del aguinaldo es por 40 días y no por 90, como ocurría antes en el caso veracruzano.

Durante la administración de Javier Duarte, el tema fue resuelto con la determinación del gobierno estatal de cubrir los 50 días adicionales de aguinaldo, que eran manejados como bonos o compensaciones, aunque ello generara un mayor endeudamiento.

El problema en puerta es que oficialmente esa prestación es de 40 días y así será depositada por el FONE; por otro lado, se ve muy complicado que la administración estatal que asumirá funciones dentro de 8 días, el primero de diciembre, esté en condiciones de realizar esa aportación al magisterio, dada la situación de quiebra en que se encuentra el gobierno de la entidad.

A todo ello se suma, por otro lado, la mala relación que prevalece entre algunos liderazgos de la Sección 32 del SNTE, como el ex diputado Juan Nicolás Callejas, y el gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares.

Como consecuencia de dicha situación, ha comenzado a crecer entre los maestros de Veracruz la preocupación relacionada con el aguinaldo de 90 días y con otras prestaciones que recibían de la administración estatal, mismas que no están consideradas en los términos de la reforma educativa, por lo que su cumplimiento no es una obligación, en sentido estricto y legal, del gobierno estatal.

La presión del magisterio estatal

Eso es únicamente lo que tiene que ver con los maestros federales; el caso del magisterio estatal es todavía peor, porque hay antecedentes de retraso en el pago de prestaciones e, incluso, de la nómina.

A esa situación se debe la movilización que protagonizaron este martes los sindicatos que integran la Coalición de Sindicatos Estatales del Magisterio Veracruzano, cuyos agremiados demandan los pagos que corresponden a evaluadores, apoyos técnicos, directivos, escuelas multigrado y personal por contrato y compensación, al igual que al retroactivo para jubilados y pensionados.

Ese movimiento, el de los maestros estatales, obedece a que el gobierno de la entidad se comprometió a realizar dichos pagos en la quincena 21 del año; es decir, el 15 de noviembre, pero incumplió el acuerdo.

Así las cosas, los sindicatos decidieron tomar de forma indefinida las instalaciones de la SEV, como medida de presión para que la administración estatal les cubra los pagos pendientes.

Se trata de un problema que crecerá en las próximas semanas hasta tener su clímax durante los primeros días de diciembre, por lo que podría estallarle a la siguiente administración. @luisromero85