Diario de Xalapa consigna este jueves las declaraciones del dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática, Rogelio Franco Castán, quien apunta que el Sol Azteca buscará mantener la alianza con Acción Nacional, de cara a las elecciones municipales de 2017, cuando se renovarán los cargos edilicios en los 212 ayuntamientos de Veracruz.

La declaración no resulta sorpresiva, sobre todo porque sin la coalición con el blanquiazul, el PRD muy difícilmente se hubiera convertido en una opción medianamente competitiva en el proceso de 2016 en la entidad; incluso, sin esa alianza, muy probablemente los perredistas aparecerían como cuarta o quinta fuerza política en Veracruz.

Ante dicho escenario, el partido que en el ámbito nacional encabeza Agustín Basave vio en la alianza con los panistas la única posibilidad de evitar la caída libre en que ya se encontraba, tras la irrupción del Movimiento de Regeneración Nacional en la escena política de nuestro país.

El punto es que se observa casi improbable que el PRD regrese a la tercera fuerza política nacional y estatal, sobre todo porque los resultados electorales fortalecen cada vez más al instituto fundado y encabezado por Andrés Manuel López Obrador.

Un ejemplo de la fuerza de Morena se puede observar en la entidad veracruzana, donde con un candidato más bien endeble, con poco discurso y muchas limitaciones, cosechó la nada despreciable cantidad de 809 mil 945 votos, para ubicarse como tercer lugar en la contienda para gobernador del estado y poner en aprietos tanto al PAN como al PRI durante la última etapa de campaña.

Por cierto, al interior de Acción Nacional corren comentarios en el sentido de que a pesar de la alianza con el PRD, si Morena hubiera lanzado a un mejor candidato en la entidad, lo más probable es que el resultado no sería el mismo. Figuras como el exgobernador Dante Delgado o algún académico de peso, prestigio y mayor formación política podrían incrementar las probabilidades de éxito para el partido que se ha convertido en la más fuerte expresión de la izquierda en Veracruz.

Esa situación, la postulación de un candidato fuerte, no ocurrió en 2016, cuando Morena decidió lanzar al diputado federal por el distrito de Xalapa; sin embargo, podría presentarse en 2018, aprovechando el impulso que registra un partido que en un año, de 2015 a 2016, pasó de menos de 300 mil a más de 800 mil votos en la entidad.

La sucesión en Xalapa

De manera reciente, el ex candidato de Morena al gobierno del estado, Cuitláhuac García Jiménez, fue abordado por reporteros sobre la posibilidad de buscar la alcaldía de la capital del estado; dijo que no se descarta, pero que la decisión quedará en manos de su partido; que él se reincorpora al trabajo en la Cámara de Diputados.

Con seguridad, de ser postulado por Morena y contar con el mismo apoyo que tuvo en el proceso del presente año de Andrés Manuel López Obrador, Cuitláhuac García podría ser el candidato a vencer el próximo año en Xalapa.

Habría que recordar que en la elección federal de 2015, el de Morena logró más de 26 mil votos para llevarse la diputación.

Un año después, en 2016, los candidatos de ese partido a las diputaciones locales por los dos distritos de Xalapa, 10 y 11, sumaron 67 mil 540 sufragios; es decir, 18 mil más que la segunda fuerza, la alianza PAN-PRD, que alcanzó poco más de 49 mil votos. Por cierto, en este proceso, juntos, los partidos Revolucionario Institucional, Verde Ecologista, Nueva Alianza, Alternativa Veracruzana y hasta Cardenista, no llegaron a 40 mil.

Debido a ello, quienes están cerca del Comité Directivo Estatal del Partido Acción Nacional ven con cierta preocupación los resultados en la capital veracruzana, donde ni con la suma de los perredistas alcanzaron la victoria en las urnas.

Por supuesto, de mantenerse la alianza entre PAN y PRD, las probabilidades de éxito electoral en Xalapa aumentarán de forma significativa, pero ni eso garantiza un resultado favorable para el próximo gobierno estatal, que entrará en funciones el primer día de diciembre, dentro de poco más de 5 meses.

De entrada, nos comentan que muy difícilmente se observa como probables abanderados a quienes contendieron por las dos diputaciones locales este año, Uriel Flores Aguayo y Cinthya Lobato, en virtud de que ninguno de ellos garantizaría el triunfo.

De ellos, más llama la atención el caso de Lobato Calderón porque al interior del blanquiazul la figura de la ex candidata ha sido muy cuestionada en los días recientes, primero, porque ya acumula cuatro derrotas electorales (a diferencia de Uriel Flores, que ya ganó una elección federal); y segundo, porque su campaña por la diputación este año, de escasa penetración y efectividad, se prestó a la sospecha.

De las tres fuerzas políticas mayoritarias en Veracruz, probablemente la que enfrenta en escenario más complicado en Xalapa es el PRI, sobre todo porque no se ven cartas fuertes que puedan encarar la elección municipal de 2017 con el triunfo asegurado; ni siquiera los mejor posicionados, Ricardo Ahued y David Velasco, tendrán un día de campo el próximo año, de alcanzar la postulación. @luisromero85