«Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir», decía Francisco de Quevedo.

Miguel Ángel Yunes Linares repite hasta el cansancio que su primera acción de gobierno, en caso de lograr la victoria, será meter a la cárcel a Javier Duarte.

Hoy está claro que esa será su primera promesa incumplida.

Jurídicamente no hay forma de demostrar que durante la actual gestión se haya incurrido en peculado. Hay decenas de documentos que demuestran que los recursos que envió la Federación no fueron utilizados para su fin original, o se retrasó su aplicación, pero ninguno da fe de que dichos fondos hayan ido a parar a las cuentas del Gobernador o de sus funcionarios más cercanos.

Las faltas que están documentadas son de carácter administrativo, ninguna tiene como consecuencia la cárcel.

El caso, además, tendría que ser resuelto en la Fiscalía General del Estado, a cargo de Luis Ángel Bravo Contreras, personaje de gran cercanía a Javier Duarte.

Yunes Linares ha prometido, también, quitar al fiscal (y hasta meterlo a la cárcel), pero para ello tendría que ser removido por el Congreso local, donde difícilmente el próximo Gobernador contará con la cantidad suficiente de legisladores de su partido que respalden dicha petición.

Todo esto se desprende de la charla sostenida con el diputado Francisco Garrido Sánchez, Presidente de la Comisión de Vigilancia en el Congreso local, quien se resistió a dar «la de ocho» y evadió preguntas directas, duras:

¿Podrá cumplir Miguel Ángel Yunes su promesa de meter a la cárcel a Javier Duarte?

¿Quiénes figuran entre los más fuertes candidatos a terminar en (el reclusorio de) Pacho Viejo?

¿En qué van con las denuncias que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) presentó contra funcionarios del gobierno estatal?

Sobre las ostentosas promesas del candidato de la alianza PAN-PRD, Garrido Sánchez advirtió que para que eso se cumpla, el principal ingrediente que se requiere es que haya «voluntad política». Recordó casos como el de Tabasco, donde se está actuando ya no sólo contra el exgobernador, Andrés Granier, sino contra miembros de su familia.

Ese asunto, sin embargo, no ha sido tan expedito como promete realizarlo Yunes Linares.

Sin admitirlo abiertamente, el legislador mencionó que los servidores públicos que corren más riesgo de ser procesados son los que ya inhabilitó el gobierno estatal, lista que es encabezada por Mauricio Audirac (ex secretario de Finanzas, ex contralor y ex titular del Orfis) y por el que fuera subsecretario de Finanzas y Tesorero, Carlos Aguirre.

Respecto a las denuncias de la Auditoría Superior de la Federación, Francisco Garrido explicó que la PGR ha hecho uso de un convenio de colaboración firmado con la Fiscalía General del Estado, de manera que se turnan estos casos a la instancia estatal, y acá se ha determinado que no existe delito qué perseguir. Los recursos de inconformidad de la ASF han sido rechazados.

Anticipó, sin embargo, que las inconsistencias detectadas en ejercicios pasados volverán a surgir en las próximas cuentas públicas, por lo que Veracruz seguirá siendo «el tema favorito del titular de la Auditoría Superior de la Federación».

No habrá, pues, promesa cumplida por parte de Miguel Ángel Yunes Linares, quien lo seguirá cantando en cada discurso, porque sabe que eso «prende» entre los potenciales electores.

Acaso tendría que calcular cuándo y ante quiénes lo repite. Ya están surgiendo cartulinas en las que le preguntan si actuará con la misma celeridad con su hijo, el millonario Omar Yunes Márquez.

Prometer no empobrece… Cumplir es lo que aniquila.

filivargas@nullgmail.com