Este lunes 7, los senadores priistas Héctor Yunes Landa y Pepe Yunes Zorrilla convocaron a una extraña “comida de unidad por Veracruz”, pero a la que sólo invitaron a sus respectivos equipos de operadores políticos, excluyendo a los dirigentes y representantes formales de su partido no obstante que en dicha tertulia los aspirantes del Revolucionario Institucional a la gubernatura anunciaron que “vamos a caminar juntos pésele a quien le pese, y llegaremos a donde debamos llegar través del PRI, para que se pueda hacer valer su oferta política”, reiterando su disposición “a dar la pelea en el 2016, en el 2018 y en cada fecha que marca el calendario de Veracruz”.

Se presume que el destinatario de su mensaje es el gobernador Javier Duarte de Ochoa, cuyas preferencias personales apuntan hacia otro aspirante más cercano y leal. Sin embargo, según se ha visto, el mandatario veracruzano ha dado cancha libre desde hace más de un año al par de senadores para que se muevan por todo el estado encabezando reuniones y distribuyendo recursos públicos de la Federación para posicionarse por encima de otros militantes del instituto tricolor que también buscan la gubernatura.

Sorprende que si están convocando a la “unidad”, en esta ocasión no hayan invitado al jefe del Ejecutivo del estado, quien junto con su grupo puede ser un factor determinante para retener el poder en la sucesión gubernamental de 2016. Además, Duarte siempre ha respondido a la convocatoria de ambos correligionarios. Asistió, por ejemplo, al informe de actividades legislativas de Héctor Yunes en el mes de julio, y hace un par de semanas se presentó también en el de Pepe Yunes, al igual que dos días ante había concurrido a otra comida por la “unidad” en el rancho San Julián, encabezada por el dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones.

Y es que pareciera que lo que Yunes Landa y Yunes Zorrilla aún no logran asimilar es que solos, aunque vayan unidos los dos, no les alcanzará para ganar una elección tan cerrada y competida como la que se avizora el año entrante. Ambos legisladores aparentan estar obnubilados por su resentimiento contra el grupo gobernante. Y en vez de aminorar cada vez le suben más a su soberbia y arrogancia mesiánicas. ¿O cómo calificar que “ante cientos de colaboradores cercanos con los que cada uno ha construido a lo largo de sus años de trayectoria sus respectivos proyectos, los senadores de la República emanados del PRI ratificaron la fortaleza de la opción que representan y se manifestaron dispuestos a seguir unidos para salvar a Veracruz y devolverle su grandeza”?

Cuánta razón tiene el líder fundador de Vía Veracruzana, Felipe Amadeo Flores Espinosa, quien este sábado 5, en la tradicional comida decembrina de su asociación política, recordó que hace casi dos décadas, en diciembre de 1997, tres meses después de que el PRI había perdido más de un centenar de alcaldías –por cierto, con el neopanista Miguel Ángel Yunes Linares en la dirigencia del PRI–, se vivió una circunstancia muy similar a la actual ya que “por la desazón de la derrota se sumaba el riesgo de la fractura, la exclusión y la revancha”.

“Vivimos una crisis política que amenazaba, por primera vez en la historia del estado, con llevarnos a la derrota en la elección de gobernador que se celebraría al año siguiente. Fue entonces que grupos políticos de todo el estado nos reunimos en torno a un proyecto, sin protagonismos, sin mayor propósito de recuperar la unidad del partido y la confianza de los veracruzanos. Así logramos ganar la gubernatura; así surgió Vía Veracruzana.

“Por eso no podemos ignorar esta lección y repetir los errores del pasado. No podemos permitir que una falsa confrontación o la autosuficiencia vuelvan a poner en riesgo una elección en la que está en juego el futuro de generaciones de veracruzanos. Que quede claro, sin unidad no hay futuro.

“Por ello, los veracruzanos esperan de nosotros la unidad y el acuerdo. Esperan que actuemos como lo que somos: políticos profesionales. Esperan respuestas y no conflictos. Esperan ideas y no disputas. Esperan que quien sea el candidato, nos represente a todos, insisto, a todos.

“Debemos devolver la confianza de la gente en la política. Debemos ser capaces de transmitir que la política es una solución posible y no el origen de todos nuestros problemas, como hoy lo perciben la mayoría de los ciudadanos”.

Amadeo Flores remarcó que “no somos producto de la casualidad, ni de la improvisación, de cédulas ficticias ni de padrones imaginarios, ni asomamos el rostro sólo al calor de los procesos electorales”. El ex secretario de Gobierno, ex procurador y ex diputado afirmó que “Vía Veracruzana es fuerte porque respeta la diversidad y reconoce la pluralidad; porque sabe convivir sin egoísmos. Vía Veracruzana es una organización política que no chantajea con falaces heroísmos políticos”.

Al gobernador Javier Duarte, el abogado nativo de Cotaxtla le recordó que hace casi seis años, durante su nominación y campaña política, “hicimos compromiso con usted y sólo con usted”, y que “en esa línea de respeto, lealtad y confianza mutua, le acompañaremos hasta el último día de su gestión de gobierno, con una actitud de responsabilidad política y congruencia, con la certeza de que somos sus amigos hoy y lo seremos siempre”, pero que en el momento adecuado, “nosotros también haremos escuchar nuestra voz, en la que se reconozcan, por encima de cualquier proyecto personal, las genuinas aspiraciones de los veracruzanos”, puntualizando que “lo haremos así porque Veracruz no es la patente política de grupos; Veracruz no tiene dueño, Veracruz nos pertenece a todos”.

¿Lo habrán captado y entendido ambos bandos? Porque como bien lo asentó Flores Espinosa, “sin unidad no hay futuro”. Pero tampoco sirve la “unidad” sectaria de los Yunes.