Al paso que lleva la construcción de la Torre Pediátrica en el Puerto de Veracruz, hay quien opina que los niños que ahí debían nacer con todos los cuidados médicos tendrán un hospital recién inaugurado cuando requieran servicios geriátricos especializados. La lentitud en su terminación es más que evidente, al momento está cumpliendo siete años de haberse iniciado y dos de que no se le pone siquiera un cucharazo de cemento o cal.

En su sección Estados de este lunes 14, el periódico Reforma publica un reporte de Carlos Marí sobre este proyecto nacido en las entrañas del sexenio de Fidel Herrera Beltrán, en 2008, que tanto sirvió para decorar las primeras planas de todos los periódicos estatales con fotos sobre la puesta de la primera piedra y un discurso relacionado con el enorme impulso que su gobierno daba a la salud de los veracruzanos.

Sumada a la lentitud y enormes contrariedades financieras que ha tenido otra de las ‘grandes obras’ de la Fidelidad, el Túnel Sumergido de Coatzacoalcos, la Torre Pediátrica lleva apenas un avance del 60 por ciento, pero su conclusión no parece estar en los planes del gobierno de Javier Duarte de Ochoa, cuyas dificultades presupuestales, pese a la buena calificación de las empresas Fitch Ratings y HR Ratings otorgada al nivel crediticio de su gobierno, harían suponer las ventajas de su apertura a un gobierno futuro.

Según el despacho de Reforma, el proyecto de la Torre Pediátrica se lanzó con un presupuesto de 275 millones de pesos, para erigirse en una superficie de más de 13 mil metros cuadrados, al lado del Hospital Regional de Alta Especialidad de Veracruz.

Se anunció que en el edificio de 11 pisos se otorgarían servicios de especialidades básicas y subespecialidades como nefrología, oncología clínica y quirúrgica, inhaloterapia, ortopedia, cirugía, terapia intensiva, cuidados intensivos e intermedios neonatal y pediátrico, cardiología y odontopediatría. Para ello, contaría con 120 camas, seis quirófanos y un área de urgencias.

La promesa de Fidel Herrera Beltrán fue que el moderno centro hospitalario empezaría a dar servicios a principios de 2011, todavía en su gestión, pero debió heredarlo –junto con una de las deudas más criminales por parte de un gobierno estatal– a Javier Duarte. Originalmente, el gobierno de Fidel Herrera dispuso de 193 millones de pesos aportados por el gobierno federal, pero no parecieron ser suficientes para una administración que se caracterizó por el uso discrecional de los dineros públicos.

El reporte señala que a mediados de 2013, ya avanzado el actual gobierno estatal, el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) revisó el ejercicio de los últimos 77.6 millones de pesos destinados a dos proyectos de la torre: uno por 66.9 y otro por 10.7 millones, este último para la terminación de la Torre Pediátrica, pero detectó que la obra seguía inconclusa: faltaban trabajos de suministro y colocación de plafones y tuberías para diferentes tipos de gases e instalaciones eléctricas del sexto al octavo nivel, y que del noveno al undécimo solo se encontraba colocada la estructura metálica.

¿Qué es lo que pasó? ¿Por qué se ejercieron los recursos federales destinados a tan importante centro médico pero las dependencias estatales no se dieron cuenta de que las cosas no habían avanzado, al punto de que solo se había logrado el 60 por ciento del proyecto? Según el dictamen del Orfis, los funcionarios responsables de la obra omitieron comprobar la documentación y aplicar las sanciones a las empresas constructoras por incumplimiento. La Legislatura local, por cierto, no ha emitido dictamen alguno para sancionar a los funcionarios responsables del retraso de la obra ni de posibles desvíos de recursos.

En enero de 2013, el gobernador Javier Duarte se refirió por primera vez al rezago en la obra y prometió que iniciaría su funcionamiento “parcialmente” en julio de ese año, cosa que no ocurrió por supuesto, porque los apremios financieros hicieron que no hubiera más trabajos de construcción.

¿Beneficiará un mejor presupuesto federal en 2016?

Según declaraciones a Reforma del Secretario de Salud, Fernando Benítez Obeso, no será sino hasta 2016 cuando se reemprendan los trabajos para concluir el centro hospitalario.Cualquiera podría señalar que eso no pasa de buenos deseos, dados los graves síntomas de quiebra que sufren las finanzas públicas de Veracruz.

Sin embargo, la mañana de este lunes, el gobernador Javier Duarte de Ochoa ha salido a la palestra para anunciar que, justo en 2016, cuando todos observábamos el grave riesgo que implicaría para el estado el Presupuesto Federal con Base Cero, las aportaciones del Gobierno de la República podrían ser históricas, con un incremento del 16.7 por ciento respecto a los aprobados para 2015.

Es, por supuesto, todavía una propuesta que se debe aprobar en el Congreso de la Unión, pero el piso presupuestal solicitado es superior a los 8 mil 800 millones de pesos y en ello se incluyen importantes flujos de dinero, entre otros rubros a salud.

Además, anunció que estaría a debate en el Legislativo federal una inversión extraordinaria de más de 1 mil 500 millones de pesos para la construcción y conservación de caminos rurales, carreteras y puentes, cifra que representaría un incremento de 60 por ciento respecto a la del ejercicio previo.

Habrá que estar muy pendientes para que, en el último año de ejercicio del actual gobierno estatal, esos recursos realmente impacten en el desarrollo de Veracruz y, por ejemplo, la Torre Pediátrica no deba convertirse en Torre Geriátrica de tanto esperar su puesta en marcha.

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