Desde el sexenio del ex presidente Carlos Salinas de Gortari hubo el intento de reivindicar la imagen de don Porfirio Díaz en la historia oficial de los libros de texto gratuito. Pero esa intentona resultó fallida. Sin embargo, en los últimos tres meses, con motivo del centenario de la muerte del dictador (2 de julio de 1915, en Biarritz, Francia), algunos historiadores, políticos y columnistas de tendencia conservadora han insistido no sólo en que deberían repatriarse los restos del ex mandatario mexicano del panteón francés de Montparnasse, sino que además habría que levantársele en la ciudad de México una estatua en el Paseo de la Reforma, junto al Ángel de la Independencia, que data de su régimen, así como reconocérsele sus méritos como gobernante y estadista, sobre todo sus logros en materia económica, de salud, educación y en infraestructura ferroviaria y portuaria.

Precisamente en el puerto de Veracruz, desde principios del sexenio del presidente Vicente Fox, yace en una bodega de la Administración Portuaria Integral (APIVER) una estatua del general Díaz, la cual, con motivo de la celebración del centenario de la construcción del puerto jarocho, fue mandada a realizar en bronce por el entonces titular de la Coordinación de Puertos y Marina Mercante de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Francisco Ávila Camberos, ex alcalde porteño y ex diputado federal y local del PAN.

Pero la escultura del controvertido ex mandatario mexicano jamás vio la luz debido a que el gobernador priista Miguel Alemán Velasco advirtió que no permitiría la instalación del monumento del dictador que había mandado a asesinar a su abuelo, el general revolucionario Miguel Alemán González, en la sierra de Soteapan, en el sur del estado. “Si la colocan, en menos de una semana ordeno que la retiren”, declaró Alemán luego de reunirse con el funcionario federal foxista en el Palacio de Gobierno de Xalapa en febrero de 2002 para acordar la organización de los eventos oficiales, pues entre los invitados figuraba el príncipe Carlos, de Inglaterra.

Sin embargo ahora, 15 años después del veto de Alemán, en Orizaba, ciudad vecina de Río Blanco, cuna del movimiento obrero de 1907 reprimido por don Porfirio, el alcalde Juan Manuel Díez Francos, del PRI, se apresta a rendirle homenaje al militar oaxaqueño. “No sé si lo aprueben los políticos, pero la verdad no me interesa, me vale madre…”, le declaró el empresario priista al corresponsal de El Universal en Veracruz, Edgar Ávila. Díez Francos, dueño de 40 distribuidoras de automóviles en el país y quien por segunda ocasión en diez años volvió a ser electo alcalde de Orizaba con una de las votaciones más altas en los niveles estatal y nacional, le confesó al periodista que seguramente recibirá críticas de algunos sectores, pero sostuvo que “para mí (Porfirio Díaz) es un personaje como todos, con cosas buenas y malas (…), puso en orden al país, creo que fue una persona que entró en un momento difícil, es el individuo que vino a darle la soberanía a México”.

El edil orizabeño, quien también ya fue diputado federal por el PRI –en cuya gestión fue el hazmerreír por haber propuesto cobrar un impuesto adicional de 50% al chicle bajo el argumento de que contamina y de que gobiernos como el del Distrito Federal presuntamente gastan en promedio 2.50 pesos por despegar cada goma de mascar pegada en el mobiliario urbano– ha financiado con su propio sueldo de alcalde la estatua del general Díaz, la cual se la encomendó al escultor poblano Bernardo Luis Artasanchez. El munícipe priista resalta que para Orizaba, el ex presidente “fue una persona importante, le dio modernidad, prosperidad, aquí nació la educación con Enrique Laubscher (quien en 1883 fundó la Escuela Modelo de Orizaba) y modernizó la ciudad con la industria textil, ferrocarril y la cervecería Moctezuma, que nació con Porfirio Díaz”.

“En charlas de café se habla mucho que no se le hacía justicia a un personaje tan importante en la historia de México y lleva cien años que no se le hace justicia y tomé la decisión propia de hacerle un homenaje al militar y a este personaje estupendo”, dice, para luego apuntar que dialogó con los seis regidores del Cabildo así como con 60 líderes de opinión de la región (rectores, líderes campesinos y obreros, profesionistas y empresarios), quienes le dieron su aval para que la estatua sea colocada en la Plaza Bicentenario, construida en el 2010 a un lado del ex Convento de San José.

“Sacó al país del caos, de la bancarrota económica y le dio paz, lo condujo a una ruta de progreso. Orden y paz, ¿no queremos eso ahorita? En aquél entonces, con las circunstancias que se vivía en el mundo, puso en progreso al país y el peso estaba a la par que el dólar y ahora llevamos como dos mil devaluaciones”, insiste, a la vez que rechaza que haya sido la historia quien dejó mal parado a Porfirio Díaz, sino que lo atribuye a algunos “historiadores pagados por políticos” que no les interesaba que el régimen porfirista brillara y que sólo destacara la Revolución, pues recuerda que la historia la escriben los vencedores.

La estatua será develada esta semana entre conferencias y charlas con periodistas, militares retirados e historiadores. Está orgulloso del homenaje a Díaz, pues en palabras atribuidas a su padre, el alcalde cita que “la ingratitud es la amnesia del corazón”.

¿Y qué opinarán los jefes del gobierno del estado y líderes del priismo en Veracruz?

Condolencias

La tarde de este lunes 24 falleció en el puerto de Veracruz la señora Natalia Hernández Ochoa, madre del editor del Diario AZ, Oscar Rodríguez Hernández, a quien le expresamos nuestras sinceras condolencias por tan sentida pérdida.