Mutatis mutandis.

Por Rafael Arias Hernández.

Aumentan, en casi 723 mil en dos años, de 2012 a 2014, los veracruzanos que no pueden comprar canasta alimentaria.

Con políticas y políticos de “más de lo mismo”, sigue el desastre, ya más de una década.

No hay suficientes empleos y los pocos, mal pagados. A los ancianos no les pagan sus pensiones y permiten que se las roben. Aprueban leyes absurdas e injustas. Opacidad, discrecionalidad y voluntarismo en los manejos presupuestales. El Hampa electoral presiona y le aprueban su ley de Herodes. Y así las noticias de irresponsables e ineficientes, de ineptos y corruptos, se multiplican, acompañadas con mensajes de, “no pasa nada, vamos bien y viene lo mejor”.

Adelante, con más pobreza laboral

Reveladoras conclusiones para Veracruz, en el reciente “Reporte macroeconómico de México”, difundido por el Observatorio Económico, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). En particular, la investigación del economista de la UAM, Juan Francisco Rodríguez Montoya, con base en información y datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

En México, en sólo dos años, de 2012 a 2014, aumentaron en 2 millones 208 mil las personas que, dado su bajo ingreso laboral, no pueden adquirir lo básico alimentario. Se convierten, potencialmente en hambrientos, a menos que se encuentren otros apoyos.

Lo preocupante y que puede dar una idea del deterioro, limitaciones y sacrificios alcanzados por las y los veracruzanos, es que dicho crecimiento, “se concentró principalmente en Veracruz, el Estado de México y el Distrito Federal, entidades que aportaron 80 por ciento del aumento de personas en pobreza laboral, entre el cuarto trimestre de 2012 y el cuarto trimestre de 2014”. (LaJornada.280615)

En resumen, en dos años:

Veracruz, paso de 3 millones 111 mil 84 personas, a 3 millones 834 mil 62 habitantes”. Aumento 722 mil 978.

Estado de México, creció 665 mil 320 personas, de 4 millones 835 mil 980, a 5 millones 501 mil 300.

Y el Distrito Federal, que paso de un millón 951 mil 376, a 2 millones 371 mil 750. Se incremento en 470 mil 374 personas.

Llaman mucho la atención este tipo de estudios, que de hecho son un adelanto, de lo que se publicara en julio sobre la pobreza en México.

Por lo pronto Chiapas, Oaxaca y Guerrero siguen con los niveles más altos, pero la noticia es que ahora las entidades, en las que más aumentó la pobreza laboral, en términos relativos, entre 2012 y 2014 fueron: Veracruz (10.9 por ciento), el Distrito Federal (7.2 por ciento) y Durango (6.3 por ciento).

En fin, interesantes y necesarios este tipo de estudios. Valiosos para analizar y evaluar el quehacer gubernamental, logros y pendientes, avances y retrocesos al respecto.

Necesario insistir. No es recomendable ignorar o menospreciar los efectos de desempleo, subempleo y pérdida de capacidad de compra de la población. Bajos salarios y aumento de precios de los productos básicos o de la canasta alimentaria es una comprobada combinación, que genera más pobres y hambrientos.

Estos niveles de pobreza laboral detectados, son de hecho, verdaderos potenciales de hambre, que se pueden ver parcialmente disminuidos por otros tipos de apoyos, presentes y actuantes.

De ellos, sobresalen dos presencias determinantes: la primera y más importante, la de los pobres que ayudan a los pobres, LAS REMESAS; y la segunda, los programas asistenciales federales, en los que Veracruz ocupa primeros lugares.

De los programas estatales y municipales, si existen, no se puede hablar pues son manejados en opacidad, discrecionalidad y falta de rendición de cuentas. Alguien asegura, verdaderas “minas de oro”

Es obvio que en Veracruz las políticas públicas, los programas y acciones gubernamentales asistenciales y de desarrollo social, son un fracaso o insuficientes.

Entre más combaten hambre y pobreza, éstas más crecen; y, desde luego, también aumentan burocracia, presupuestos y sus beneficiarios políticos.

SEDESOL y el asalta a los ancianos

Nada de que no pasa nada.

Las noticias sólo muestran una pequeña parte de la inocultable problemática para pobres, hambrientos y, especialmente, adultos mayores en Veracruz.

Entre otras, son casi costumbre: pensiones estatales pendientes de pago por meses, condicionamiento, manipulación, ordeña, despojo, clientelismo político-electoral y fuente de enriquecimiento de unos cuantos.

Tema del que hay mucho de qué hablar, por la notoria presencia de delincuencia gubernamental y, sobre todo, de hampa electoral.

Asuntos y problemas que se deben atender, investigar y resolver. Pero no se hace nada, excepto complicidad, encubrimiento e impunidad.

Casos abundan. Como el ocurrido en San Andrés Tuxtla, accidentalmente denunciado recientemente.

“Dos presuntos ex empleados de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), que encabeza Marcelo Montiel, fueron detenidos en poder de más de 100 tarjetas de débito y unos 150 mil pesos en efectivo que dijeron habían obtenido ilegalmente de los programas de asistencia social”(PlumasLibres.290615)

Innumerables preguntas, por contestar. ¿Por qué y cómo obtuvieron y disponían de alrededor de 111 tarjetas tipo débito, que usa la SEDESOL?

¿De quiénes depende el control, autorización y manejo, para pagos o depósitos a los viejitos del programa, y de otros apoyos que entrega el gobierno federal? ¿A quién se iba a entregar el dinero sustraído?

El asunto no puede, ni debe quedar ahí.

Si el Delegado y sus funcionarios sabían, es muy grave y deben ser procesados y castigados por cómplices o por omisos.

O bien. Si jefe y equipo no están enterados de estos y otros casos, deben ser despedidos por ineptos.

Por lo pronto los detenidos fueron consignados. Ya después, además del injustificado silencio de los funcionarios de SEDESOL, trascendió supuesta denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR).

Deben y están obligados a dar una explicación, por lo menos, el Delegado, Marcelo Montiel, y Rodolfo Pereira Ortega, coordinador del programa Pensión para Adultos Mayores de SEDESOL en Veracruz.

Poco o nulo, verdadero, permanente y actualizado seguimiento y control, mucho menos evaluación y supervisión comunitaria y social.

¿Cómo andarán los otros programas y acciones, que fácilmente superan los 750 mil becarios, de apoyos individuales y por familia?

*Académico.IIESES-UV@RafaelAriasHFacebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez