Ayer fue un miércoles negro en Veracruz, un día para las aclaraciones, para los rumores y las afirmaciones lapidarias. Y todo en torno a problemas financieros, a la falta de recursos para poner en la mesa proyectos comunes con el gobierno federal como en el caso del sector agropecuario, la aclaración de que no hubo retraso en el pago de miles de pensionados que habían tomado las calles céntricas por la falta de pago oportuno y la supuesta renuncia del secretario de Finanzas y Planeación Fernando Charleston Hernández.

En realidad, la noticia buena, positiva, debía ser la creación del Instituto Veracruzano para la Formación e Investigación en Salud, anunciada ayer por el gobernador Javier Duarte de Ochoa, y que significará una red de enseñanza que dará cobertura a cerca de 29 mil servidores públicos de la Secretaría de Salud.

Pero la falta de recursos aprieta, acogota, desalienta. Lo mismo a pobladores que a instituciones, a productores agrícolas que a municipios, y cuando hemos pasado el primer semestre del año y no se logra que aterrice una buena cantidad de recursos para impulsar el desarrollo de Veracruz, la situación se presta para cruzar infinidad de versiones.

La más fuerte se refirió a la imposibilidad de las áreas financieras estatales para poner la parte del pari passu de los recursos comprometidos por el gobierno federal para el impulso de las actividades agropecuarias.

Y es que el diputado local panista Jorge Vera había puesto el grito en el cielo porque la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (Sedarpa) prácticamente no había abierto ventanilla para la recepción de proyectos que se financian con recursos de los gobiernos federal y estatal, porque este último no tendría recursos para poner la parte que le corresponde.

Manuel Martínez de Leo, un extraño y cómodo funcionario que dirige la Sedarpa, ha salido a decir que es falsa la versión de que el gobierno estatal va a perder recursos federales por 600 millones de pesos por no cumplir con la aportación que le corresponde.

En comunicado oficial, el titular de Sedarpa dijo que la próxima semana “se iniciará el pago del Programa de Concurrencia 2014, pues desde el pasado 24 de junio el Gobierno del Estado asignó los recursos del pari passu correspondientes a tal fin”.

Lo cierto es que, según versiones de muchos dirigentes agropecuarios de la entidad, la ventanilla nunca se abrió, y la versión era que la Sedarpa no tenía recursos para poner la parte que le corresponde de este programa que impulsan al alimón tanto el gobierno estatal como el federal. Y esto es grave, sobre todo si consideramos que buena parte de la población subsiste de la producción en el campo.

Las versiones sobre serias dificultades financieras del gobierno estatal, que le impedirían cumplir a tiempo con sus compromisos, alcanzaron ayer al propio titular de la Sefiplan, Fernando Charleston, que hasta por la noche no había salido a echar por tierra versiones sobre su posible dimisión.

Que los problemas financieros públicos se sigan reflejando comenzado el segundo semestre del año, es grave; es cuando ya la mayoría de los programas públicos se encuentran en marcha, sobre todo, aquellos que requieren adelantarse a la temporada de lluvias.

Como quiera que la sensación generalizada es que existe un problema de liquidez financiera, bien valdría la pena aclararlo en medios informativos, sobre todo para contener una andanada de declaraciones de dirigentes opositores en el sentido de que no se están aplicando los recursos, sea para asegurar los fondos federales que exigen la contraprestación estatal o para cumplir con obligaciones periódicas como las pensiones.

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